El ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, aseguró este lunes que la postura del gobierno no había cambiado respecto a ETA y que seguirá actuando contra el grupo armado separatista vasco, tres años después de que renunciara a la violencia.

Esta organización “no es operativa, pero está viva”, declaró el ministro en Vitoria (País Vasco, norte) donde se encontraba para firmar un acuerdo sobre la apertura de un museo para las víctimas del terrorismo, en un antiguo edificio del Banco de España.

“Todo Estado de derecho mientras haya una organización terrorista viva, en la medida en que no está disuelta, va a actuar contra ella”, declaró.

El 20 de octubre de 2011, ETA – creada en 1959 y a la que se atribuye atentados que mataron a 829 personas – anunció que renunciaba a su “actividad armada” para conseguir la independencia del País Vasco y de Navarra.

Desde entonces, la organización y la llamada izquierda abertzale (nacionalista e independentista) exigen un “proceso de paz” que implica, entre otras cosas, el desarme de ETA a cambio de amnistías para algunos prisioneros y de un reagrupamiento de los presos para que cumplan condena en el País Vasco.

La postura del gobierno conservador de Mariano Rajoy, al igual que la de Francia -donde hay un centenar de presos etarras- no cambió y sigue reclamando una disolución pura y dura del grupo armado.

El ministro del Interior quiso que la firma para la apertura del museo coincidiera con el tercer aniversario del anuncio de ETA del cese de su actividad terrorista. “Se trata de la victoria del Estado de derecho ante una banda terrorista que tanto daño ha causado”, dijo en un comunicado.

“Y a este fin de ETA se ha llegado gracias al trabajo de los jueces y fiscales, a la colaboración internacional especialmente de Francia-, a la exigencia de la sociedad, al trabajo sacrificado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y funcionarios de la administración penitenciaria, y sobre todo, al ejemplo ético de las víctimas del terrorismo”, agregó.

El ministro también exigió a la organización separatista que pidiera “perdón” por todo el “sufrimiento” causado.

Fernando Barrena, portavoz de Sortu (izquierda independentista, compuesta en parte por antiguos miembros de Batasuna, el ex brazo político de ETA ilegalizado), en declaraciones a AFP, lamentó el “inmovilismo” del Estado.