El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu atribuyó este lunes a “extremistas palestinos” la responsabilidad de la tensión creciente en la explanada de las mezquitas en Jerusalén.

“No es Israel quien, de una manera u otra, cambia el statu quo, sino los extremistas palestinos que calientan los ánimos y provocan la violencia”, aseguró Netanyahu en presencia del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Al referirse al “statu quo”, el primer ministro israelí aludía a los acuerdos en virtud de los cuales una fundación islámica controlada por Jordania gestiona la explanada también conocida como Monte del Templo.

Los judíos están autorizados a acudir sólo a ciertas horas y bajo estricta vigilancia, pero no tienen derecho a rezar allí para evitar provocar a los musulmanes, que tienen en la explanada dos de sus principales templos: la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca.

“Mantendré mi compromiso, e Israel también, para que el statu quo continúe tal y como ha sido desde hace décadas”, aseguró Netanyahu.

A su parecer, son los “extremistas palestinos” quienes extienden el rumor de que el gobierno israelí amenaza los lugares santos musulmanes.

“Nada más lejos de la realidad”, se ha defendido. “Israel mantiene escrupulosamente la protección de todos los lugares sagrados y el derecho de todas las religiones a practicar su culto en todos los lugares santos”.

Se trataba de una respuesta directa al secretario de la ONU que, durante su visita a Ramala esa mañana, había exigido el “fin de las provocaciones” en este lugar sagrado, donde acaban de producirse nuevos altercados entre palestinos y policía israelí.

El emplazamiento, lugar de culto para judíos y musulmanes, se ha convertido en un escenario de violencia crónica, pero los enfrentamientos entre miembros de ambas confesiones se han hecho cada vez más frecuentes en los últimos meses.