La oposición de izquierda ganó este domingo las elecciones legislativas en Suecia, en las que la extrema derecha logró un histórico avance, según las primeras proyecciones de la televisión pública SVT al cierre de los colegios electorales.

Basándose en sondeos a boca de urna, estas proyecciones sitúan en primer lugar a los socialdemócratas con 31,1% de votos. Los Demócratas de Suecia (extrema derecha) se convertirían en el tercer partido del país con 10,5% contra 5,7% en 2010.

El líder de los socialdemócratas Stefan Lofven, de 57 años, sería por ello el primero en ser llamado a formar gobierno.

Los socialdemócratas y sus dos socios naturales, los Verdes y el Partido de Izquierda, totalizarían según SVT el 44,8% de los votos, superando claramente a la coalición de centro-derecha en el poder, cuyos cuatro partidos sumarían algo menos del 40%.

Ese resultado, si se confirma, supondría el final de ocho años en el poder del primer ministro Fredrik Reinfeldt, de 49 años. EL objetivo de estos comicios era renovar los 349 escaños del Parlamento.

Un cambio para Suecia

“Es agradable votar por un cambio en la vida política sueca”, había declarado Löfven a la prensa tras depositar su papeleta en Estocolmo.

“Yo diría que hemos hecho una campaña formidable. Y hemos demostrado que estamos preparados para seguir cuatro años más”, dijo por su lado Reinfeldt.

Pero las reformas liberales promovidas por Reinfeldt y el aumento de las desigualdades económicas han cansado a muchos electores, en particular los jóvenes, más afectados por el desempleo.

Durante la campaña, Löfven, cuya madre lo dejó en un orfelinato cuando era niño, ha asegurado encarnar a la gente corriente, prometiendo un régimen fiscal más favorable a las clases modestas, inversiones en las infraestructuras y mejoras en la educación.

Para la realización de estas promesas, Löfven podría apoyarse en la buena marcha de la economía y las finanzas públicas suecas.

Pero también corre el riesgo de partir con un gran inconveniente: el de ser el primer ministro socialdemócrata elegido con menos votos en la historia del país.

“Creo que tendremos una situación muy complicada tras las elecciones”, declaró a la AFP TV Mikael Sundström, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Lund.

Así, los socialdemócratas deberían negociar para formar gobierno, previsiblemente con los ecologistas y el Partido de Izquierda.

El grado de cohesión de esta eventual coalición no está claro por ahora, puesto que ninguno de los potenciales aliados se ha pronunciado.

La otra preocupación de la izquierda es el avance de los Demócratas de Suecia, que entraron en el Parlamento en 2010 con el 5,7% de los votos (20 diputados), un resultado histórico, ahora duplicado.

Europa ha sido escenario reciente de una fuerte progresión de formaciones de extrema derecha o de la derecha populista, como el Ukip de Gran Bretaña, el Frente Nacional de Francia o el Partido Popular danés.

Los electores de los Demócratas de Suecia se sienten abandonados por los partidos tradicionales y rechazan el consenso pro-inmigración que reina en Estocolmo.

“Fundamentalmente, son (electores) de clases populares, de todas las edades, y dos tercios son hombres”, según el politólogo Anders Sannerstedt. “No son excluidos, son suecos con una vida normal”, agrega.

Electores interrogados por la AFP en Estocolmo se mostraban el domingo hostiles a ese partido.

“Quienes no los apoyamos debemos mostrarlo”, dijo Christina Lundvall, una abogada.

“Tenemos un partido que es un poco racista y que podría obtener mucha influencia si la gente no vota, por eso pienso que estas elecciones son muy importantes”, estimó Emma Lindholm.

Este partido reivindica por un lado una protección social mayor para las clases desfavorecidas, pero es más bien conservador sobre las cuestiones sociales.

Pese a esta posición, no tiene la capacidad de hacer o deshacer coaliciones, al ser boicoteado por los otros partidos.