Entre muchos de los rebeldes pro-rusos, así como en la izquierda europea y en la propia Rusia, el llamado apaciguador del presidente Wladimir Putin ha producido desconcierto. Para algunos, resulta decepcionante que Rusia no intervenga resueltamente en defensa de sus amigos y compatriotas. Para otros, Rusia estaría dando señales de debilidad ante la OTAN.

Pero los analistas más perspicaces, incluyendo los de Estados Unidos y otros países de la OTAN, coinciden en que la recomendación del presidente ruso no sólo responde a un criterio estratégico muy certero. Además, revela que la Inteligencia rusa conoce con exactitud los propósitos ocultos de Estados Unidos y su instrumento militar que es la OTAN.

De hecho, la perseverancia de los federalistas pro rusos, en vez de debilitar al gobierno de Kiev, le proporciona nuevos recursos publicitarios y de presión política en Occidente. En cambio, la aparente pasividad de Moscú está conduciendo la aparente victoria de Estados Unidos en Ucrania, a un desenlace de derrota total.

Lo primero que podemos preguntarnos es… ¿Por qué Rusia no quiso intervenir con sus tropas en Ucrania, para apoyar a las regiones pro-rusas?

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