Un estudiante falleció y otros 60 fueron detenidos este sábado en un enfrentamiento entre la policía y estudiantes islamistas, que habían prendido fuego a un edificio de la universidad Al Azhar de El Cairo, en medio de una ofensiva gubernamental contra los Hermanos Musulmanes.

El incidente se inscribe en una semana de protestas en todo el país por parte de los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por el ejército, contra la decisión del actual poder egipcio de declarar “organización terrorista” a los Hermanos Musulmanes.

En El Cairo, la policía anunció haber desactivado una bomba colocada en un autobús, días después de que una explosión provocara varios heridos en la capital.

Según una fuente sanitaria, un estudiante de 19 años murió por un disparo, cuando la policía entraba en el campus de la universidad de Al Azhar, donde los estudiantes islamistas organizan regularmente protestas desde el derrocamiento en julio de Mursi, primer presidente egipcio elegido democráticamente.

Una fuente de seguridad informó con anterioridad que los estudiantes entraron en la facultad de Comercio, detuvieron un examen que se estaba llevando a cabo e incendiaron el edificio. El incendio destruyó dos pisos del edificio antes de ser sofocado por los bomberos.

Policías y miembros de las fuerzas de seguridad penetraron en la universidad y lanzaron gases lacrimógenos contra los estudiantes para dispersarlos.

Un responsable policial informó de la detención de 60 estudiantes.

Los partidarios de los Hermanos Musulmanes se levantaron contra la dirección de Al Azhar, la institución sunita más importante, por apoyar al ejército durante el derrocamiento de Mursi.

Las fuerzas del orden lanzaron también gases lacrimógenos contra estudiantes de la universidad cairota de Zagazig, según responsables de seguridad.

El incidente tuvo lugar un día después de que las manifestaciones de partidarios del presidente islamista se saldaran con la detención de 265 “elementos de los Hermanos Musulmanes” y cinco muertos en enfrentamientos con las fuerzas del orden, según un nuevo balance ofrecido por el ministerio de Interior y por fuentes médicas.

Los enfrentamientos estallaron en varias ciudades con las fuerzas del orden, pero especialmente con los opositores de la cofradía.

El gobierno instalado por los militares prohibió las manifestaciones de los partidarios de los Hermanos Musulmanes, después de declarar el miércoles a la cofradía “organización terrorista”.

Los dirigentes de la cofradía se podrían enfrentar a partir de ahora a la pena de muerte por “terrorismo”, según el ministerio del interior.

El nuevo hombre fuerte del país y jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, prometió el jueves “eliminar” a los “terroristas” y devolver la “estabilidad” al país, tras dos atentados en dos días.

Un atentado suicida con coche bomba, reivindicado por un grupo yihadista y denunciado por los Hermanos Musulmanes, provocó el martes la muerte de 15 personas en el norte del país, si bien el gobierno considera a la cofradía responsable del ataque.

El jueves por la mañana un atentado contra un autobús dejó cinco heridos en el norte de El Cairo.

Desde que el ejército derrocó a Mursi, el país entró en una espiral de violencia. La dura represión de las autoridades a las protestas de los islamistas ha dejado ya más de mil muertos y miles de detenidos entre los partidarios del presidente islamista.

También un centenar de policías y soldados murieron en ataques de los islamistas más radicales.

Las autoridades acusan regularmente a la cofradía de ayudar y de financiar los atentados contra las fuerzas de seguridad.

Los analistas creen que los Hermanos Musulmanes, que estaban prohibidos pero eran tolerados bajo el régimen de Hosni Mubarak y no salieron de la clandestinidad hasta la caída de este, en 2011, podrían radicalizarse tras haber sido desposeídos de una presidencia que lograron a través de las urnas.