El presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, realizó un particular análisis de la derrota sufrida en las pasadas elecciones, que vino a ratificar el mal momento de la Alianza tras el término del primer gobierno de la derecha tras el retorno a la democracia.

En entrevista con El Mercurio, el timonel del partido oficialista atribuyó a diversos factores los malos resultados cosechados en los comicios, entre los que contó la renuncia de Pablo Longueira y posterior irrupción de Matthei -marcada a su juicio por la dictadura debido a que era “hija de un integrante de la junta militar”- y las disculpas del Gobierno a propósito de los 40 años del Golpe Militar.

Según Larraín, “esta especie de mea culpa moral que ocurrió en septiembre pasado marcó un retroceso”.

Respecto a la relación que mantuvo con el Gobierno, Larraín acusó que “muchas veces quiso frustrar cualquier empeño de pensamiento autónomo de los partidos”, dijo rememorando de paso el polémico acuerdo con la DC para cambiar el binominal y la propuesta de salario mínimo. “El Gobierno tuvo poco aprecio por la labor de los partidos”, sentenció.

En ese sentido, Larraín agregó que “faltó apertura y generosidad, Mi sugerencia inicial fue que nos abriéramos a partidos que podemos considerar de centro, pero cediendo porciones del poder desde el comienzo para definir un marco de trabajo”.

LOS PASOS A SEGUIR POR RENOVACIÓN NACIONAL

Respecto a la directiva que asumirá el mando del partido, Carlos Larraín se mostró abierto a la competencia, aunque adviertió que la nueva mesa “tiene que tener un mandato claro y firme (…) una mesa más de administración y gestión para permitir que alguno de los nuestros aspire a la Presidencia”.

“En este minuto no caben los personalismos, pero si necesitamos figuras fuertes para dirigir el partido en tiempos que se anuncian como difíciles”, sostuvo. En esa línea, adelantó que el próximo timonel debe ser una figura que “tenga energía y acatamiento”.

Consultado por la decisión que habría adoptado el presidente Piñera de no reintegrarse a su partido, Larraín advirtió que “sería una lástima que no volviera a RN, y dañaría sus posibilidades a futuro”, ante una eventual reelección.

Por último, y ante la relación con la recién electa Michelle Bachelet, el dirigente sentenció que “si ella define un modicum sensato podremos colaborar a su realización”. Pero, enfatizó que “si se deja llevar por los sectores rupturistas tendremos que ponernos en una posición en la que nos centramos en la defensa de la Constitución, mas que las cuestiones económicas, que son abordables con mayoría simple y que la Concertación ya posee”.