Este 17 de noviembre, los ciudadanos chilenos no sólo van a escoger al próximo presidente del país, sino que también a quienes van a representarlos en el Congreso. Diputados y senadores son quienes legislan a nombre de todos nosotros, por lo que resulta lógico que quienes se lanzan en la carrera por el parlamento hayan nacido o desarrollado alguna parte de su vida en el lugar por el que buscan ser nombrados en el cargo.

Sin embargo, no faltan los partidos políticos que ante la falta de “rostros” y en su afán de tener poder en el Congreso, definen en la capital a los candidatos que buscan representar a zonas que muchas veces ni siquiera conocen.

Es el caso de Felipe Harboe, quien fue designado para competir en Bío Bío Cordillera, y que en sus primeros folletos de campaña indicó que trabajaría por Arauco, Cañete, Lebu, Curanilahue, Los Álamos, Lota y… Curepto. Esta última, comuna ubicada en las cercanías de Curicó, en la Región del Maule, a varios cientos de kilómetros de la zona donde espera ser senador.

Lanalhue Noticias

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Por la misma región, pero hacia la costa, Camilo Escalona quiere ser senador, sin embargo ya se ha paseado por varias zonas del país. Nació en Santiago y ya ha sido diputado por el distrito 46 (Lota, Los Álamos, Arauco, Cañete, Contulmo, Curanilahue, Lebu y Tirúa), el distrito 27 (El Bosque, La Cisterna y San Ramón) y senador por la circunscripción 17, Región de Los Lagos. Ahora nuevamente quiere volver al Bío Bío (esta vez en la costa), pero como representante de la Cámara Alta. ¿De qué forma se retuerce la moral de un santiaguino para pasar de una región a otra, sin ningún miramiento?

Mucho más al sur de Concepción, en la Región de Los Ríos, también tienen una candidata afuerina. Luego de que Ena von Baer tuviera un fallido intento por ser senadora en su natal Región de La Araucanía, la UDI “corrigió” esta situación cuando Pablo Longueira salió del Senado para ser ministro, dejándola en su reemplazo para representar a Santiago Centro, lugar donde se mantiene hasta hoy como senadora designada (un cargo con ‘apellido’ que le duele tener). Pero esto no es todo, ya que su partido estimó que era conveniente enviar a esta temuquense a competir en Los Ríos. Enredado, ¿no crees?

“Uno no elige donde nacer, pero sí donde servir”. Eso es lo que dice Iván Moreira en su pedacito de franja electoral. No obstante, él mismo desde un inicio no se mostraba para nada convencido de tener que trasladarse hasta la Región de Los Lagos, donde la UDI lo mandó a competir para ser senador. “A veces hay que asumir desafíos, aunque sean difíciles”, dijo resignado. ¿Cómo se puede tener una campaña para un cargo, si ni siquiera estás seguro de querer representar a ese lugar?

http://youtu.be/3aTIM0OjIvg?t=1m21s

Hay algo que estos candidatos nunca van a tener respecto a los habitantes de los lugares a los que representan: el sentido de pertenencia. Es muy difícil representar a un lugar si es que no te sientes de ahí. ¿O sería lógico que tuviéramos un presidente de nacionalidad argentina, brasileña, uruguaya o cualquier otra?

Acá es más o menos lo mismo, se supone que la vocación de servicio de estos personajes nace por una necesidad de ayudar a las personas que lo rodean. “Se supone”.

El mejor ejemplo del sentido de pertenencia lo tienen los magallánicos, siempre con su bandera en la maleta vayan donde vayan. Es característico verla en las ventanas de los departamentos de estos “embajadores” en la capital, o en los partidos de fútbol de la selección en el extranjero, cuando hay alguno de ellos presente. Nadie les quita el amor por su región y menos el orgullo de pertenecer a ella, aunque no vivan en ese lugar.

¿Sabrá Camilo Escalona dónde está la “parada del tonto”? ¿Habrá pasado Harboe por el ‘Neruda’ en su juventud o época de colegio/universidad? ¿Cuántas blusas se habrá comprado Ena Von Baer en el Taboada? ¿Cuántas veces habrá ido a comer Moreira a la picá de los completos ‘Charlie’?

Quizás, la centralización es muy fuerte, y los partidos -que mandan desde la capital-, opacan a las figuras que vienen del resto de Chile. O es que el nombre de “Santiago” está muy inserto en las cabezas de los políticos. Es cosa de ver a la misma candidata Michelle Bachelet, que en el cierre de campaña que realizó en la capital del Bío Bío, confundió el Gran Concepción con el Gran Santiago. Y eso que ella fue la presidenta de todos los chilenos.

Y cómo olvidar el intento frustrado de Cruz-Coke de ser candidato en Antofagasta. Si hasta reclamó que él “no era ministro”. ¿Con qué cara, si hasta le pagaban como tal?

¿Será una medida efectiva esto de traer candidatos afuerinos a gobernar? Ya quedó demostrado que no, cuando el santiaguino Carlos Bombal intentó ser senador por la octava costa, siendo derrotado por Navarro y Sabag (y por qué no, la ayuda del binominal también).

El desconocimiento local es evidente. La descentralización de la que tanto hablan los políticos provenientes de la capital está en peligro, si es que alguna vez se les pasó por la cabeza tomarla en cuenta. El premio de consuelo es que al menos estos candidatos tuvieron la decencia de cambiar su lugar de votación al lugar donde pretenden ser elegidos. Algo que no se le ocurrió a Ignacia Golborne, quien patudamente quiere ser diputada por Independencia, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y Lo Espejo… Pero vota en Las Condes.