“La paz debe llegar a Tierra Santa”, declaró Obama este miércoles poco después de llegar a Israel en su primer viaje oficial como presidente de Estados Unidos en un intento por aliviar las tensiones con sus anfitriones y marcar la política de Siria e Irán.

El avión presidencial Air Force One aterrizó poco después del mediodía en el aeropuerto de Ben Gurión de Tel Aviv, donde fue recibido bajo un sol resplandeciente por el presidente Shimon Peres, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el embajador estadounidense en Israel, Dan Shapiro.

“La paz debe llegar a Tierra Santa. Nunca perderemos de vista la paz entre Israel y sus vecinos” árabes, especialmente palestinos, declaró Obama en un breve discurso. “Nuestra alianza es eterna”, aseguró el mandatario, y afirmó que Estados Unidos se siente “orgulloso de ser el principal aliado de Israel”.

El presidente israelí, Shimon Peres, destacó “el apoyo inquebrantable” de Obama a Israel. “En tiempos de paz, en tiempos de guerra, su apoyo a Israel es inquebrantable”, dijo Peres.

El primer ministro de Israel, por su parte, dio las gracias este miércoles al presidente estadounidense “por defender sin ambigüedad el derecho de Israel a existir (…) y por haber defendido con coraje este derecho ante las Naciones Unidas”, en referencia a la oposición de Washington a las gestiones de los palestinos para obtener el reconocimiento de su Estado.

Barack Obama abandonó el aeropuerto de Tel Aviv en helicóptero para ir a Jerusalén, donde se entrevistará este miércoles con Peres, en primer lugar, y con Netanyahu, posteriormente, con quien mantiene una relación personal notoriamente fría.

En el primer viaje de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos tiene previsto visitar también el jueves los Territorios Palestinos, pero con el único objetivo declarado antes de visita de “escuchar” y no de lanzar una iniciativa para la paz.

En una tribuna publicada el miércoles por el diario israelí Haaretz, el negociador palestino Nabil Chaath señaló que “por desgracia, el presidente Obama estará sólo unas horas horas” en los Territorios Palestinos, en referencia a su encuentro con el presidente palestino Mahmud Abas en Ramala el jueves y su visita a la basílica de la Natividad de Belén (Cisjordania) el viernes.

Chaath instó también al presidente norteamericano a dejar de preconizar una reanudación de las negociaciones de paz con Israel, suspendidas en 2010, para pasar a los actos.

“Muchas vidas de palestinos y de capital político podrían haberse ahorrado estos últimos cuatro años, si el presidente Obama hubiera mostrado la determinación de favorecer las negociaciones con una solución de dos estados”, indicó Chaath, que lamentó que el presidente de Estados Unidos no haya perseverado en la vía trazada en su discurso de El Cairo en 2009.

El viaje, dominado por la crisis nuclear iraní, llega dos días después de la investidura del nuevo gobierno del primer ministro israelí, que se ha fijado como “principal prioridad la defensa y la seguridad” por las “amenazas muy graves” provenientes, según él, de Irán y de Siria.

El discurso que pronunciará Obama el jueves en Jerusalén ante centenares de jóvenes es visto por los comentaristas israelíes como un contrapunto al discurso del líder estadounidense en El Cairo hace cuatro años, que suscitó numerosas críticas en Israel.

“RELACIÓN ESPECIAL”

La popularidad del presidente Obama entre los israelíes, pese a que se encuentra en alza, se mantiene modesta.

Según un sondeo de Jerusalem Post, un 36% de los israelíes consideran que el presidente estadounidense es más favorable a los palestinos, mientras que el 26% piensa lo contrario.

La prensa se hacía eco el miércoles de la efervescencia que reina en Israel desde principios de semana.

El diario popular Yediot Aharonot decía “Bienvenido”, en hebreo y en inglés, sobre un tapiz rojo de fondo y destacaba la “relación especial” entre los Estados Unidos e Israel. “God bless you. God bless the United States of America”, concluía.

El diario de derechas Maariv, no obstante, recordaba a Jonathan Pollard, condenado en 1987 a perpetuidad en los Estados Unidos por espionaje en beneficio de Israel, y el periódico Yédiot criticaba que Obama visitara Israel con “una maleta lleva de palabras” pero sin plan de paz.

Obama depositará además el viernes un ramo de flores en las tumbas del fundador del sionismo, Theodor Herlz, y del primer ministro asesinado Isaac Rabin, antes de visitar el memorial del Holocausto de Yad Vashem.

El principal objetivo del viaje es reforzar las relaciones con Israel, principal aliado de los Estados Unidos en la región, y allanar las diferencias con Netanyahu sobre el programa nuclear iraní y la colonización de los Territorios palestinos.

En una entrevista a la televisión israelí difundida el 14 de marzo, Obama mostró su intención de privilegiar la vía diplomática para arreglar la cuestión, pero aseguró “conservar todas las opciones sobre la mesa”.

Coincidiendo con esta visita, el presidente ruso Vladimir Putin, ha invitado a Netanyahu a Moscú, tras la formación de su nuevo gobierno.