La vieja rivalidad entre Argentina y Brasil se ha hecho más que presente con la designación del nuevo Papa Francisco, un argentino, cuando era un brasileño el que estaba entre los favoritos.

“Estoy satisfecho de que sea latinoamericano, argentino. Pero Dios continúa siendo brasileño. Es nuestro consuelo”, bromeó el jueves Fray Betto, fraile dominico y exponente de la Teología de la Liberación, en una declaración en la que no pudo reprimir hacer una jocosa referencia a una tradicional expresión brasileña sobre la nacionalidad de Dios, tras elogiar la designación del pontífice del país rival.

Incluso el secretario general de la Conferencia de Obispos de Brasil (CNBB), Leonardo Ulrich Steiner, se refirió a la rivalidad al celebrar el miércoles la elección del primer Papa latinoamericano. “Aunque disputamos con Argentina en el fútbol, en el afecto al Papa somos uno”, dijo Steiner.

Algunos diarios llenaron de bromas sus páginas principales este jueves.

“Habemus tango!”, exclamó el comentarista humorístico de Folha, José Simao, al proclamar que un Papa argentino “es algo personal contra los brasileños” y que el “resultado del cónclave fue Argentina 1, Brasil 0″.

Los argentinos “ya tienen un Messi, cinco premios Nobel, dos Oscar y ahora un Papa”, tituló O Globo en uno de sus artículos.

“Hay que ser un santo para aceptar las provocaciones que han comenzado a explotar en las redes sociales”, apuntó.

“Un argentino solo cerca de Dios es poco”, afirmó en su blog el analista deportivo Juca Kfouri, que colgó una foto trucada con la fumata blanca que forma el nombre del Papa del fútbol: Lionel Messi.

“Ahora imagino los chistes que los brasileños van a tener que aguantar (con la designación del nuevo Papa): Argentina tiene Oscar, tiene a Messi”, señaló por su lado el director uruguayo de la película “El baño del Papa”, César Charlone, citado por el diario Folha de Sao Paulo.

En las redes sociales, el tema ganó intensidad y humorístico espíritu deportivo. Un montaje fotográfico mostraba al papa Francisco sobre una bandera argentina y la leyenda: “Atención brasileños, si hablan mal de Argentina, irán al infierno”.