En el “Jardín de la República”, como se conoce a la ciudad de San Martín de Tucumán, región del noroeste argentino de ricas culturas, los competidores del Dakar-2013 soportaron un calor de 40 grados centígrados instalados en un céntrico hipódromo.

Este domingo transcurrió la única jornada de descanso del Dakar-2013. Los pilotos se lo toman con más calma, pero mecánicos de diversas nacionalidades trabajan sin pausa en las máquinas.

En la tribuna oficial del hipódromo hablaron los competidores estrella: Stéphane Peterhansel (Mini) y Cyril Despres (KTM) intercambiaron impresiones de la etapa de autos de la víspera, interrumpida por fuertes lluvias que desbordaron ríos andinos.

“Dos horas antes pude cruzar el río. No había más que 30 centímetros de agua…”, dijo el motocilista Despres. “Yo pasé ‘in extremis’ sobre un lecho todavía practicable, pero el agua había crecido mucho”, respondió Peterhansel.

El catarí Nasser Al-Attiyah (Buggy), sentado entre los otros dos, se mantuvo en un silencio prudente. El fue el gran beneficiado por la decisión de los comisarios de la carrera de atribuir a todos los afectados el mismo tiempo que el último competidor en cruzar la meta.

Al-Attiyah, como la mayor parte de sus rivales, no llegó a la meta antes del plazo de neutralización, por lo que habría quedado fuera de la carrera.

Gracias a la decisión de los comisarios y al espíritu del reglamento -no así la letra- mantuvo la segunda posición en la general, a solo 3 minutos con 14 segundo detrás de Peterhansel.

‘Peter’ evitó cualquier polémica al comentar la decisión oficial: “Nasser tuvo la chance. Si yo hubiera estado en su lugar también me habría beneficiado”.

Luego mencionó, “el tenía unos 24 minutos de retraso respecto a mi. Eso me contraría un poco… pero los comisarios posiblemente quisieron privilegiar el suspenso y permitir la prosecución de nuestra lucha mano a mano hasta el final de la carrera”.

A pocos metros el catarí, que negó haberse beneficiado con alguna ventaja, indicando que “yo estoy aquí para ganar y voy a emplear todas mis fuerzas hasta Santiago”.

El suspenso y el interés por el quinto Dakar en América del Sur está ciertamente asegurado y los organizadores seguramente están muy satisfechos.