El Tribunal Electoral de México rechazó este jueves el pedido de la izquierda para invalidar la elección presidencial, el último escollo para que Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sea proclamado presidente electo.

Los siete magistrados del Tribunal votaron por unanimidad en contra de todos los argumentos presentados por la izquierda para invalidar la elección del 1 de julio, como la compra masiva de votos y el financiamiento irregular, en una sesión que se extendió por más de cinco horas.

“En consecuencia en el juicio de inconformidad, es infundada la pretensión de invalidar la elección de presidente de México planteada por la coalición del Movimiento Progresista (izquierda)”, dijo José Alejandro Luna, presidente del Tribunal Electoral tras la votación.

“México tuvo una elección que no debe invalidarse (…) Tuvo elecciones libres y auténticas”, dijo al inicio del debate el magistrado Salvador Olimpo Nava.

Tras el fallo, el Tribunal debe proclamar formalmente presidente electo a Peña Nieto, un abogado de 46 años que hasta hace un año fue gobernador del estado de México (centro) y quien dice representar a una generación renovadora del PRI, el partido que gobernó México entre 1929 y 2000.

La justicia electoral “resolvió el último de los medios de impugnación interpuestos. Es momento de iniciar una nueva etapa de trabajo en favor de México”, dijo en su cuenta de Twitter Peña Nieto, que debe asumir el 1 de diciembre para un periodo de seis años.

Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda por segunda vez consecutiva, había insistido también en Twitter en la necesidad de invalidar los comicios en los que obtuvo 31,6% de los votos, contra 38,2% de Peña Nieto.

“No hacerlo es atentar contra la democracia y optar por la corrupción”, dijo López Obrador, quien en 2006 desconoció el resultado de la elección presidencial, que perdió por 0,06% ante Felipe Calderón.

Uno de los argumentos de López Obrador fue que el PRI compró unos cinco millones de votos, muchos de ellos a través de tarjetas electrónicas de prepago.

“No hay compra de votos demostrada, no hay coacción de voto demostrada”, dijo el magistrado Flavio Galván, una respuesta repetida en sus exposiciones por el resto de los jueces.

Otro argumento de López Obrador contra la elección fue la parcialidad de los medios de comunicación y la manipulación de las encuestas de intención de voto.

“En la totalidad de casos examinados por Comisión Instructora, no existen elementos objetivos y fehacientes” para probarlo, señaló al respecto la magistrada María del Carmén Alanís.

Ricardo Monreal, coordinador de la campaña de López Obrador, dijo a la prensa que los jueces “se comportan como una pandilla de rufianes” pues “están faltando al principio y al deber”.

Algunos cientos de manifestantes que pedían declarar la invalidez de los comicios rodearon la sede del Tribunal, fuertemente custodiada y sobrevolada por un helicóptero se seguridad. Al acercarse el fin de la sesión, los manifestantes tumbaron una hilera de vallas al grito de “México, sin PRI” y “Si hay imposición, habrá revolución”.

Por su parte, dirigentes del PRI insistieron en llamar a superar el conflicto postelectoral y aceptar el fallo de las urnas.

“La gente está harta del pleito entre partidos políticos y candidatos, y lo que quieren es vernos discutir una agenda hacia el futuro, una agenda en donde haya una unidad nacional, que no significa unanimidad”, sostuvo Sebastián Lerdo de Tejada, representante del PRI en el instituto electoral.

El fallo del Tribunal Electoral fue adoptado antes de que el nuevo Congreso inicie sesiones el sábado.

Los 128 senadores y 500 diputados elegidos el 1 de julio, empezaron el miércoles a ocupar sus escaños en medio de pancartas de protesta de los legisladores de izquierda, segunda mayoría en la cámara baja, contra lo que llamaron la “imposición” de Peña Nieto y “la compra de votos”.