La llama olímpica iluminaba este viernes el estadio olímpico de Londres, donde brillará durante los 16 días de competiciones de los Juegos Olímpicos de 2012.

El pebetero, formado por varias columnas que se fueron levantando, fue encendido por siete jóvenes que recibieron la antorcha de manos del pentacampeón olímpico británico de remo Steve Redgrave.

Redgrave transportó la llama olímpica directamente desde el cercano Támesis, por donde la había traído en un barco el futbolista inglés David Beckham acompañado por la velocista de Barbados Jade Bailey.

Encendida, como manda la tradición en la ciudad griega de Olimpia en mayo, la llama recorrió 20.600 kilómetros antes de llegar al estadio, para iluminar los Juegos durante su desarrollo.

Poco antes de la llegada de la llama al estadio olímpico, la Reina Isabel II había inaugurado los XXX Juegos Olímpicos de la era moderna con el tradicional “declaro abiertos los Juegos Olímpicos de Londres”.