Cerca de 350 pequeños frambueseros de la región del Maule participaron en dos jornadas de capacitación técnica organizadas por Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), sobre el control de las malezas en los huertos de frambruesas.

Según explicó el director regional (s) del Indap, Mario Caraves, esta capacitación está inserta dentro de un programa institucional destinado a fortalecer y mejorar las distintas etapas del proceso productivo de este berry

“Nuestra intención es que el agricultor pueda mejorar sus prácticas, aprendan nuevas técnicas, introduzcan innovaciones en sus huertos y que con ello puedan mejorar su producción, elevar sus rendimientos y ganar más plata, que es el fin de todo negocio”, indicó Caraves.

Las actividades fueron dictadas por el profesor y director del departamento de Ciencias Vegetales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el ingeniero agrónomo Rodrigo Figueroa.

El especialista señaló a Maulee.cl que las malezas son definidas como plantas que interfieren con el crecimiento de los cultivos o huertos y que impactan negativamente en las actividades de las personas, por lo que son catalogadas como “indeseables”.

También son hospederos de plagas y enfermedades, afectan los cursos de agua, pueden provocar alergias y reducen el valor de los suelos agropecuarios. “Compiten con las plantas de interés agronómico, ya que absorben nutrientes, agua y luz, y en las frambuesas pueden representar pérdidas de rendimiento de hasta un 30%”, declaró Figueroa.

Rodrigo Figueroa señaló que se realizó un muestreo de los huertos de la región, donde se detectaron cerca de 30 especies de malezas presentes, entre ellas las más comunes son la chufa, la hierba del té, la correhuela, el maicillo y la chépica, entre otras.

Para el especialista, es fundamental mantener un control riguroso de las malezas, idealmente antes de establecer los huertos, realizar una limpieza y luego de manera periódica. Para ello explicó existen métodos químicos, físicos y biológicos.

El seminario de capacitación además de una parte teórica, consideró un trabajo práctico en terreno, donde los agricultores aprendieron a reconocer e identificar las principales malezas que atacan sus huertos, lo que es necesario para que puedan implementar un adecuado plan de manejo de ellas. Así mismo trabajaron en la calibración y dosificación de bombas para la fumigación.