La rusa Yelena Isinbayeva, la ‘zarina de la pértiga’, vuelve a tener sed de medallas y récord mundial en los Juegos Olímpicos de Londres, donde a pesar de su irregularidad de los últimos años espera reencontrarse con su mejor nivel.
Su medalla de oro en el Mundial en sala de Estambul 2012, en marzo, ha permitido que gane optimismo, tras unos años (2009-2011) marcados por una sucesión de fracasos inhabituales en ella, la única mujer que ha conseguido superar los cinco metros con la garrocha.
Reconciliada con el entrenador de su infancia, Yevgeny Trofimov -un hombre que ella considera afectuosamente como su segundo padre-, Isinbayeva ha vuelto a su mejor forma, como en 2008, cuando era prácticamente invencible.
“Puedo decir que he recuperado esa magnífica sensación de volver por encima de la barra”, declaró la doble campeón olímpica (Atenas 2004 y Pekín 2008), que aspira a un tercer oro consecutivo.
“Ahora estoy contento de todo lo que he hecho y valoro realmente cada minuto que he pasado en la pista, en los entrenamientos y en las competiciones”, dice.
Tras acostumbrarse a encadenar éxito tras éxito, Isinbayeva vivió grandes decepciones en los últimos tres años: fue undécima en el Mundial de Berlín 2009, cuarta al año siguiente en el Mundial en sala de Doha y sexta en el Mundial de Daegu (Corea del Sur).
Pero en plena recta final de los Juegos de Londres, la zarina dice que tiene confianza en dejar todo eso atrás.
“Si consigo mantenerme en forma y evitar las lesiones, no tendré realmente rivales en Londres, excepto yo misma”, estima Isinbayeva, animada por sus resultados de los últimos meses.
“Conseguí un éxito importante este invierno ganando las cinco pruebas en las que participé y estableciendo un nuevo récord mundial en sala. Creo que eso muestra claramente que con mi entrenador hemos elegido la buena dirección y estoy muy contenta con que nuestro trabajo en común haya dado sus frutos”, explica la espigada saltadora de 30 años.
Isinbayeva inició su carrera deportiva como gimnasta en Volgogrado (ex Stalingrado), pero luego optó por la pértiga, a los 15 años, ya que se la consideró demasiado alta para la gimnasia.
Desde entonces, la atleta brilla en su disciplina. Es la plusmarquista mundial de salto al aire libre (5,06 m) y en sala (5,01 m), y ahora asegura que ha recuperado el nivel técnico de los años 2005 y 2006, que ella considera, al igual que su entrenador, los mejores de su carrera.
“Estoy muy cerca. Ahora mi técnica es muy diferente y está mucho más cerca de la perfección de lo que he mostrado en los últimos cinco años. A partir de ahora, no supero sólo la barra, sino que vuelo por encima de ella. Y espero poder volar todavía más alto”, dice.
Isinbayeva se había separado de su entrenador Trofimov en 2005 y había elegido a Vitaly Petrov, el preparador del legendario pertiguista ucraniano Sergei Bubka. Ahora considera que esa decisión ha sido la culpable de gran parte de sus recientes fiascos.
En 2011 se reconcilió con Trofimov y cree que la tendencia ha cambiado.
“Cometí un error al romper con Yevgeny, pero afortunadamente lo he corregido y ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Es mi entrenador, mi amigo y puede que mi segundo padre”, afirmó.
Después de haber conseguido 28 récords mundiales en su carrera, Isinbayeva suena todavía con superar a Bubka (35 récords).
“Mi principal objetivo al principio de mi carrera era establecer 36 récords. Tengo todavía eso en mente y creo que puedo conseguirlo”, estima.
Queda poco tiempo, ya que Yelena apunta que es “definitiva” la decisión de retirarse tras el Mundial de Moscú-2013, en casa, ya que por la edad “cada vez es más difícil entrenarse todos los días”.