El enviado especial de la ONU a Siria, Kofi Annan, logró convocar para el sábado en Ginebra una primera reunión de un “grupo de acción sobre Siria”, pero queda lo más difícil: conseguir un acuerdo mínimo en torno a un plan de transición democrática que supere profundas diferencias entre participantes y protagonistas.

Las posibilidades de éxito de la conferencia dependerán probablemente de la reunión que celebran esta noche en San Petersburgo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.

Varios ministros de Relaciones Exteriores -entre ellos los de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña- amenazaron con desistir de ir a Ginebra si la reunión corría el riesgo de no adoptar el plan.

“Existen serias amenazas sobre la reunión de Ginebra”, declaró en Nueva York un diplomático que requirió el anonimato.

“Es muy importante que la reunión de Ginebra logre un resultado. Pensábamos que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad se habían puesto de acuerdo sobre el plan, pero las declaraciones de los rusos en las últimas 24 horas parecen cuestionar eso”, agregó.

Rusia, aliado de Damasco, objetó el plan de transición propuesto por Annan, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria.

Este plan prevé la instauración de un gobierno provisional de unión nacional, del cual podrían ser excluidos algunos responsables del gobierno sirio actual.

El equipo de Annan, sometido a intensas presiones, optó por la discreción para no perjudicar las múltiples negociaciones en curso.

El objetivo sigue siendo la aplicación del plan de seis puntos adoptado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que por ahora ha quedado en la nada, comenzando por un cese efectivo de la violencia, indicó una fuente diplomática en Ginebra.

Al mismo tiempo es necesario un acuerdo sobre las grandes etapas para la transición política que deben llevar adelante los sirios, agregó esa fuente.

Hay grandes diferencias y cuestiones importantes siguen sin solución, pero no hay “nada más sobre la mesa”, dijo el diplomático, refiriéndose a ese plan que busca poner fin a 15 meses de una violencia que causó 15 mil muertos.

El documento que Kofi Annan presentará en Ginebra prevé un gobierno de transición que incluya a miembros del gobierno actual y de la oposición y excluya a figuras actuales del poder capaces de afectar la credibilidad de la transición.

Algunos diplomáticos sugirieron que esa cláusula implicara la partida del presidente Bashar al Asad, pero Lavrov afirmó el jueves que Rusia no aceptaría ninguna “receta impuesta desde el exterior” y que no existía “ningún proyecto aprobado” para la conferencia.

Los protagonistas del conflicto no participan por el momento en la reunión de Ginebra.

En una entrevista para la televisión iraní, el presidente Asad volvió a acusar a los occidentales de apoyar a la rebelión en Siria y reiteró su apoyo al plan de Annan.

La principal coalición de la oposición siria se negó por su parte a participar en cualquier gobierno antes de que Asad abandone el poder.