El presidente colombiano Juan Manuel Santos descartó este miércoles que los jefes guerrilleros puedan acceder a cargos políticos en caso de que se desmovilicen tras una negociación de paz y negó que un proyecto de ley que cursa en el Congreso contemple ese beneficio.

“Ni Timochenko ni ninguno de los cabecillas de la guerrilla van a llegar a cargos de elección popular por causa de este acto legislativo. ¡Eso no es posible!”, dijo Santos al intervenir en un acto académico al que asistieron los mandos militares y oficiales de alta graduación de las Fuerzas Militares.

Timochenko o Timoleón Jiménez, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño, es el máximo comandante de las comunistas Fuerzas Armadas Revoluconarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla de este país fundada en 1964 y que cuenta en la actualidad con unos 9.200 combatientes.

Con sus declaraciones, Santos le salió al paso a cuestionamientos de analistas y algunas ONG como Human Rights Watch (HRW), que aseguran que el proyecto denominado marco jurídico para la paz se traducirá en una amnistía a los jefes guerrilleros y les permitirá acceder a cargos públicos si se desmovilizan.

“El acto (legislativo) no dice nada sobre la posibilidad de la participación política de los cabecillas de la guerrilla. Hay quienes quieren hacerle creer al país que los cabecillas podrían participar en política”, agregó Santos.

El mandatario explicó que el proyecto, que ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y deberá pasar ahora a estudio del Senado, permitirá poner en marcha una estrategia de justicia transicional que beneficie a las víctimas del conflicto y permita acceder a la paz.

“Lo que hace este acto legislativo -insisto- es abrir un espacio constitucional para que el día de mañana se pueda desarrollar una estrategia integral de justicia transicional, que permita satisfacer los derechos de las víctimas y lograr la transición hacia lo que todos queremos, que es la paz”.

Colombia sufre desde hace casi medio siglo un conflicto armado. En décadas pasadas se concedieron amnistías a guerrilleros desmovilizados y beneficios procesales a jefes paramilitares que confesaran sus crímenes y reparasen a sus víctimas.