Sindicatos costarricenses llegaron el lunes a un acuerdo preliminar con la presidenta Laura Chinchilla en el que aceptan un aumento salarial de 10 dólares para el sector público en el primer semestre, pero exigen un alza basada en la inflación para el segundo, según el texto difundido por el gobierno.

Tras seis horas de conversaciones, líderes sindicales firmaron una “borrador de acuerdo” que consultarán a las bases, lo que frena de momento la convocatoria a una huelga general con la que habían amenazado de fracasar este lunes la negociación directa con la mandataria.

“El gobierno manifiesta que mantendrá la vigencia del decreto de fijación salarial por 5.000 colones (10 dólares). Sin embargo se compromete a iniciar la discusión” para restituir un pacto de 2007 que establece las alzas en “al menos 1,9% (costo de vida)” o que se fije con “una nueva fórmula” aceptada por las partes, según el documento.

De acuerdo con los informes, los líderes sindicales se volverán a reunir con el gobierno el próximo 5 de marzo, para firmar el acuerdo definitivo en caso de que sea aceptado por los agremiados.

El gobierno se comprometió a no tomar represalias en contra de los empleados que participaron el pasado miércoles en un paro de labores y que llevó a las calles a unos 20.000 en protesta por el aumento que consideran “ridículo”, aprobado unilateralmente por la administración de Chinchilla, tras una fallida negociación en enero pasado.

El gobierno alega que en las actuales condiciones del país, con un déficit fiscal de casi 5% del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado, no es posible ofrecer un ajuste mayor a sus empleados sin causar un mayor desequilibrio en las finanzas públicas.

Los representantes sindicales además exigen que el gobierno frene un polémico plan fiscal que está en el Congreso, con el que la administración Chinchilla pretende recaudar unos 800 millones de dólares al año y paliar el déficit.