Una reciente investigación demostró que las jornadas laborales largas y extenuantes están estrechamente relacionadas con la gestación de un trastorno depresivo o en su defecto, episodios.

Anteriormente, otros estudios establecieron una relación entre los horarios de trabajo con los trastornos psicológicos y del sueño, la disminución de las funciones cognitivas o los problemas relacionados con la ansiedad.

Según la información recogida por El Mundo, a todo lo anterior se agregan las últimas investigaciones publicadas en la revista ‘PLoS ONE’, la depresión también puede producirse producto del exceso de trabajo.

El reciente estudio se realizó analizando las condiciones laborales y la situación personal de 2.000 funcionarios británicos con edades comprendidas entre los 35 a los 55 años.

Tras esto, los investigadores pudieron concluir que trabajar 11 horas o más aumenta considerablemente -a más del doble- la posibilidad de sufrir cuadros depresivos.

Marianna Virtanen, del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional en el University College de Londres, directora de la investigación relató la experiencia:

“Seguimos la evolución de estos trabajadores a través de entrevistas durante cerca de seis años y los datos son claros. Aquellos que contaban con jornadas de 11 horas o más o que hacían horas extra (en total, un 16% de las personas analizadas), tenían entre un 2,3 a un 2,5 más de posibilidades de desarrollar episodios depresivos y ansiedad si lo comparamos con aquellos cuya jornada se limitaba a siete u ocho horas (54%)”.

A diferencia de otros estudios -que muchas veces eran incompletos- el trabajo tuvo en cuenta datos como el estatus socioeconómico o el estilo de vida de los participantes.

Finalmente, la autora invitó a mantener especial cuidado en torno a estos trastornos o cuadros depresivos, pues pueden engendrar problemas mayores a futuro.

“Hay que tener en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los trastornos depresivos serán la principal causa de enfermedad en el año 2030 y que, en la actualidad, además de las condiciones de vida personales, este tipo de episodios mentales acarrean un deterioro sustancial de la productividad en el trabajo, por no hablar de los días laborales perdidos”.