La exposición a música a volumen alto, y a otros tipos de ruidos propios de las vacaciones, pueden derivar en una pérdida temporal de la audición, una dolencia conocida como fatiga auditiva, según advirtió el fonoaudiólogo Luis Ortega, responsable de Calidad y Formación de Centros Auditivos Gaes.

El profesional sostuvo que esto se puede acentuar en el verano, donde se registran innumerables entretenciones como las fiestas de discotecas, salidas nocturnas a bares y conciertos.

Ortega explicó que la exposición a diversas actividades con ruidos de alta potencia genera importantes daños temporales al oído, que cada vez están sufriendo con mayor frecuencia los grupos más jóvenes de la población.

“Hemos atendido casos de personas de 30 años que ya poseen pérdidas auditivas evitables. El daño es acumulativo y, si no tomamos precauciones, la exposición permanente puede provocar un daño en las células sensoriales del oído interno, que puede conducir a una pérdida de la audición a temprana edad.”, comunicó el fonoaudiólogo.