El gobierno de Mario Monti adoptó este viernes un vasto plan de liberalización de la economía italiana durante un consejo de ministros de más de 8 horas de duración, según fuentes gubernamentales.

Este plan, destinado a acabar con los obstáculos que frenan el crecimiento del país, gravemente afectado por la crisis de la deuda, es contestado por los diferentes colectivos que verán una mayor competencia en sus respectivos sectores (taxis, farmacias, gasolineras, profesiones liberales, banca, seguros, etc.).

Según las primeras informaciones, este plan prevé, entre otras medidas, un aumento notable del número de licencias de taxi, de farmacias o de notarios, la libertad de los propietarios de las gasolineras de aprovisionarse de carburante con la compañía que deseen, y la abolición de las tarifas mínimas de los abogados y notarios.

Tras la adopción a finales de diciembre de un segundo plan de austeridad, Monti lanza con estas liberalizaciones la “fase 2″ de su acción con el fin de reactivar la economía de un país en recesión.

Ex comisario europeo de la Competencia, Monti llamó hace 2 semanas a un “desarme multilateral de todas las corporaciones (…) para dejar lugar a más competencia y a los jóvenes”.

También subrayó la necesidad de “reducir las protecciones” de las que se benefician algunos sectores en Italia.