Un paleontólogo londinense encontró una parte de la colección perdida de Charles Darwin en las bodegas del Servicio Geológico Británico.

Howard Falcon-Lang relató a La Tercera, que encontró en la bodega unas cajas rotuladas con “fósiles de plantas no registradas”.

Al interior de éstas, encontró 314 láminas de vidrio con delgados fósiles de plantas en su interior. Lo increíble es que estaban firmadas por Charles Darwin,. “Quedé, literalmente, con la boca abierta”, dijo que científico ante tamaño descubrimiento.

La colección corresponde a piezas perdidas hace más de 165 años en un viaje que realizó Darwin a Chile en 1834, donde comenzó con su ya conocida Teoría de la Evolución.

Según explicó el paleontólogo, algunas de estas muestras fueron tomadas en la isla de Chiloé y se trata principalmente de árboles fosilizados -que datan de 40 millones de años- y que muestran presencia de lignito negro (carbón mineral), sílice y pirita (mineral).

Por otra parte, Falcon-Lang comentó que aparentemente a Darwin no le gustó mucho Chile, pues escribió sobre Chiloé que era ‘un agujero miserable’, lo que se explica en que durante toda su estancia en la isla llovió incansablemente.

Acorde a la historia, los fósiles se habrían perdido cuando Joseph Hooker -quien fue responsable de montar esta colección- no etiquetó las cajas por un viaje imprevisto. De esta forma, la colección acabó en la bodega de Instituto Geológico.