Una investigación de Ciper Chile reveló crudas cifras sobre el funcionamiento del Crédito con Aval del Estado (CAE), mediante el cual los jóvenes de menores ingresos financian su acceso a la educación superior. Entre sus hallazgos más duros, está el que en 2009 el Estado pagó a los bancos un monto superior al que habría usado para ofrecer educación gratuita a los 72 mil estudiantes que pidieron créditos.

Según explica Ciper, entre 2006 y 2011 los siete bancos que participan del sistema ya se han embolsado 150 mil millones de pesos, una cifra equivalente a realizar siete teletones como las de este año y que -además- representan un tercio de los 1.800 millones de dólares anuales que la Confech estima necesarios para crear un sistema de educación superior gratuita en Chile.

Para lograr esta rentabilidad, los bancos han usado un ítem del sistema llamado “recarga”, mediante el cual venden al Estado los créditos que piden los estudiantes a razón de un sobreprecio.

El problema es que mientras el CAE se diseñó para operar con recargas de hasta 6%, durante su ejercicio los bancos han cobrado al fisco sobreprecios de hasta 69% por los dineros otorgados.

De esta forma, los bancos más beneficiados son el BCI (62,8%) y BancoEstado (35,2%); mientras que al otro extremo se ubican el Banco Falabella (7,9%) y CorpBanca (6%). También han participado del sistema los bancos Scotiabank, Itaú y Santander.

El caso más absurdo sin embargo se dio en 2009, cuando Scotiabank, BancoEstado, BCI y Banco Falabella otorgaron 72 mil créditos, a razón de 4.169.000 UF. Posteriormente, el Estado compró 49 mil de estos préstamos, cancelando por ellos 4.226.540 UF. Es decir, más que si hubiera pagado directamente la educación de los 72 mil solicitantes originales.

La ineficiencia del sistema y su aprovechamiento por parte de las entidades bancarias ha sido subrayado por numerosos analistas, que van desde el Banco Mundial hasta los propios gestores del CAE.

En el primero de los casos, el Banco Mundial declaró en un informe emitido este año que “la manera en que está construido el sistema actualmente le permite a los bancos acumular una rentable cartera libre de riesgo cargándole al Estado un segmento de alto costo y cobrando primas exageradas”.

Por otro lado, el economista Christian Larraín, quien ayudó a diseñar el CAE, precisa que el fisco jamás debió cancelar sobreprecios mayores al 6%, lo que en la actualidad ha generado ganancias “excesivas e injustificadas” para las entidades financieras.

Puedes leer la investigación completa de Ciper Chile en su sitio web.