La probabilidad de que ocurran grandes terremotos no es mayor ahora de lo que era hace un siglo, a pesar de un aparente aumento de sismos devastadores en los últimos años, indicaron investigadores estadounidenses este lunes.
El mortífero terremoto de 9,0 en la escala de magnitud de momento ocurrido este año en Japón, el terremoto de 8,8 en Chile el año pasado y el terremoto 9,0 en Sumatra-Andamán en 2004 hicieron pensar a algunos círculos científicos y medios de comunicación que estos fenómenos podían estar relacionados.
Pero los investigadores de la Universidad de California revisaron los registros sísmicos mundiales, que datan de 1900, y concluyeron que no hubo un aumento estadísticamente significativo en el número de grandes terremotos (de magnitud 7,0 y superior).
“Uno tiene que tener cuidado, porque los seres humanos tienen una tendencia a ver modelos en secuencias al azar”, dijo a la AFP el autor principal del estudio, Peter Shearer, del Departamento de Estadística de la Universidad de Berkeley.
“Lo que quisimos hacer aquí es aplicar pruebas estadísticas para ver si se puede decir que no fue sólo una secuencia de acontecimientos al azar”, dijo Shearer, cuyo estudio fue publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (Actas de la Academia Nacional de Ciencias).
“Estas pruebas mostraron que no se puede decir que la agrupación de eventos no sea aleatoria, es decir, no hay un grado estadísticamente significativo” de la secuencia de acontecimientos, dijo.
A pesar de que hay “un número desproporcionado de terremotos muy fuertes de magnitud 8,5 entre 1950 y 1965″, fueron muchísimos menos durante un período mucho más largo después, desde 1965 hasta 2004, dijo el estudio.
Y aunque ha habido una mayor tasa de terremotos superiores a 8,0 desde 2004, con un nivel particularmente alto en los últimos cinco años, “se han registrado tasas casi tan altas en el pasado”, señaló.
Los investigadores también buscaron alguna pista en la corteza de la Tierra que podría explicar por qué o cómo los grandes terremotos podrían estar vinculados.
“Y la conclusión fue que no, que no hay una causa física probable que vincule, por ejemplo, un terremoto de gran magnitud en América del Sur con uno en Japón”, dijo Shearer a la AFP.
“Los hechos están demasiado lejos como para que sea probable que exista un vínculo físico entre ellos”.
En total, los dos enfoques “sugieren que el riesgo global de grandes terremotos no es mayor hoy de lo que ha sido en el pasado”, concluyó el estudio.
Los resultados coinciden con un estudio publicado en Nature Geoscience a principios de este año, que halló que el riesgo regional de grandes terremotos se incrementa después de un gran sismo, pero el riesgo global no.