La selección uruguaya pintó de celeste el continente en 2011 al alzarse con la Copa América de Argentina y ratificar su liderazgo en el inicio de la eliminatoria sudamericana rumbo al Mundial-2014, con una delantera de ensueño que confirmó su regreso a la élite del fútbol.

Lejos de ser un espejismo, el sorpresivo cuarto puesto obtenido por Uruguay en el Mundial Sudáfrica-2010, tras años de magros resultados, se convirtió en el inicio de un recorrido de triunfos que se ha consolidado con cada aparición del equipo, encabezado por los delanteros estrella Diego Forlán, Luis Suárez y Edinson Cavani.

En la Copa América, la celeste se recuperó de un comienzo dubitativo y sacó a relucir el temple que la hizo famosa en el pasado transformándose en la pesadilla de los locales, al eliminarlos de su torneo en cuartos de final, en definición por penales, para seguir avanzando hasta coronarse con una goleada por 3-0 ante Paraguay.

“No fue casualidad lo que hicimos en el Mundial y hoy lo volvimos a demostrar. Uruguay obtuvo cosas importantes, Uruguay no se tenía que olvidar de ganar títulos. Tuvo años complicados, pero hoy demostró que es un grande”, comentó tras la victoria Suárez, elegido mejor jugador del torneo de selecciones más antiguo del mundo y actual jugador del Liverpool inglés.

La obtención de la Copa sirvió al equipo uruguayo para quebrar la paridad con Argentina de 14 títulos continentales per cápita.

“Hemos sido el primer país del mundo en conseguir quince títulos a nivel continental. Después nos podrán superar, pero los primeros fuimos nosotros”, remarcó el entrenador Oscar Tabárez en una reciente entrevista con el diario charrúa, Ultimas Noticias.

Tras la euforia colectiva lograda con la Copa, los uruguayos tenían el reto de mantener el liderazgo continental en el inicio de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Brasil-2014, desafío que superaron con creces consiguiendo holgados triunfos de local ante Bolivia (4-2) y Chile (4-0), y empatando de visita en Paraguay, en un duelo que en los últimos años se había transformado en la pesadilla de los charrúas.

Además, en el encuentro ante los guaraníes Forlán, figura emblemática del equipo y jugador del Inter de Italia, anotó y se transformó en el goleador histórico de la Celeste con 32 anotaciones, posición que anteriormente compartía con el legendario Hector Scarone.

Las lesiones de jugadores importantes, entre ellos Forlán, pusieron un manto de incertidumbre sobre el equipo antes del partido ante Chile en Montevideo, pero una vez más los dirigidos por Tabárez superaron el obstáculo, jugaron a gran nivel y mostraron a un incontrolable Suárez que marcó los cuatro goles del equipo.

La exitosa fórmula impuesta por el maestro Tabárez se repite con una férrea defensa, liderada por el aguerrido capitán Diego Lugano, un tenaz e inflexible mediocampo, en el que sobresalen los volantes Diego Pérez y Egidio Arévalo Ríos, y una envidiada delantera formada por Forlán, Cavani y Suárez.

El broche de oro de 2011 tuvo lugar en Roma, donde el combinado del pequeño país sudamericano, campeón mundial en 1930 y 1950, mostró toda su consistencia defensiva para vencer en amistoso a Italia por 1-0.

“La realidad superó cualquier sueño que hubiera podido tener”, confesó Tabárez a la prensa local, al ser consultado sobre el desempeño de su equipo en estos últimos dos años.

La sensación de Tabárez es compartida por la mayoría de los hinchas uruguayos que años atrás ni se hubieran atrevido a soñar con este presente del equipo que cerrará el año como el cuarto seleccionado del ranking de la FIFA.

En 2012 la celeste deberá “seguir el camino de la misma forma”, según el entrenador uruguayo, para consolidar su posición en el continente, clasificar a la próxima Copa del Mundo y mantener el idilio con los fanáticos locales que eufóricos disfrutan del buen momento.