Según el análisis del profesor Richard Lynn, de la Universidad de Ulster, las personas con un coeficiente intelectual más alto son menos propensas a creer en Dios.

En el artículo escrito por The Telegraph, Lynn argumentó sobre la disminución de las creencias religiosas en el siglo XX, y que ha ido de la mano del aumento de la inteligencia promedio.

Entre otras causas, esto se debe a una mayor preparación de la sociedad en relación a la de otras épocas según el científico. También destacó que la disminución de la práctica religiosa durante el siglo pasado en 137 naciones desarrolladas, estuvo directamente relacionada con el aumento de la inteligencia promedio.

Publicado en la revista académica Intelligence, el estudio fue tildado de “simplista” por los críticos, que argumentaron que no ofrece fundamentos más allá de una estadística básica, como la del aumento de los estudiantes universitarios.

El profesor Lynn, que provocó controversia en el pasado con una investigación que relacionaba la inteligencia con la raza y el sexo, agregó que los profesores universitarios eran menos propensos a creer en Dios que ningún otro.