A falta de una regla que obligue a interrumpir un partido de fútbol porque el árbitro se encuentra en estado de ebriedad, lo que constató la propia policía mediante una prueba de alcoholemia, un duelo de una división regional del fútbol checo se jugó entero, pero se anuló y se rejugará.

“Su aliento parecía exhalado por una destilería. Tampoco escondió que había estado festejando un cumpleaños”, afirmó Karel Dusek, responsable del pequeño club de Jestrabi Lhota, al diario Lidove Noviny de este sábado.

Con su camiseta de colegiado sucia a causa de varias caídas en la cancha, el árbitro Tomas Fidra dirigió de manera bastante extraña el encuentro disputado en el campo de Tynec-nad-Labem, sobre todo por haber expulsado a tres jugadores del equipo visitante sin que mediara ninguna razón.

Ante un rival reducido a ocho jugadores, los anfitriones decidieron no realizar más jugadas de ataque. “Incluso, sus propios hinchas aplaudieron el gesto”, explicó Dusek.

Durante el descanso, la policía sometió al árbitro a un control de alcoholemia que arrojó un resultado de 1,94%. “Pero, ningún artículo del reglamento prohíbe a un árbitro ebrio dirigir un partido. ¡Si hubiéramos decidido retirarnos, hubiéramos sido sancionados”, aseguró Dusek.

Finalmente, la autoridad regional de fútbol decidió anular el encuentro, que había finalizado 1-1, apoyándose en un artículo referido al ‘fair play’. Y, a pesar de la falta de una regla concreta, el colegiado podría ser suspendido durante un año, según la fuente.