El fútbol tiene una y mil formas de expresión dentro del campo de juego, que pueden ir del estilo más cercano al más lejano del arco rival. La discusión acerca de qué es más importante, si el resultado o la forma en la cual se consigue, aún no es dirimida por los expertos y analistas del balompié.

Por lo visto en la pasada versión de la Copa América, es un hecho que los resultados, sin importar el cómo se logren, están por sobre el espectáculo y el llamado “jogo bonito”, con sistemas tácticos en los cuales la defensa en bloque y el contragolpe son los protagonistas.

El técnico chileno del Málaga Manuel Pellegrini señaló una vez que Marcelo Bielsa “fue lo mismo en resultados que el Mundial de (Nelson) Acosta (Francia 98′), a lo mejor con otro juego, otra dinámica, y es su mérito”.

Y tiene razón, si se mira objetivamente en ambos campeonatos mundiales Chile quedó eliminado en octavos de final ante Brasil, aunque el fútbol que se planteó en ambas ocasiones era diametralmente distinto, y es allí donde surge la discrepancia ¿Es mejor jugar “lindo” y perder, o jugar “feo” y conseguir resultados?

Da para un debate largo y tendido del cual poco sacaremos en limpio, aunque al parecer muchos técnicos están por jugar “feo” pero conseguir clasificaciones históricas, como Perú y Venezuela en la pasada Copa América.

El resultadista se inclinará por un fútbol que le dé réditos deportivos, o dicho de otra forma, no importa como se juegue porque lo importante es ganar. Postura de la cual discrepo, pues a mi juicio la esencia del fútbol es el espectáculo, ese que brindaba la “Naranja Mecánica” con su “Fútbol Total” de Johan Cruyff, Ruud Gullit, Marco Van Basten y Frank Rijkaard entre otros, que pese a que nunca levantaron una Copa Mundial, serán recordados en la historia del balompié por su legado.

Lamentablemente en el fútbol actual los resultados mandan, por eso la importancia de entrenadores como Guardiola, o el propio Bielsa, que asoman como oasis en medio de la sequedad del fútbol actual donde el talento es dejado en la banca de suplentes.