El padre de Anders Behring Breivik, el noruego que reconoció haber asesinado a 76 personas el viernes pasado en Noruega, no quiere hablar más de su hijo al que calificó de “terrorista” en declaraciones al diario francés La Dépêche du Midi.

Jens Breivik, un diplomático jubilado de 76 años, interrogado en Cournanel, pueblo del sur de Francia donde reside, precisó a ese diario regional que le acordaba una entrevista de “diez minutos”, antes de agregar: “será la última entrevista”.

“Digan claramente que no tengo nada que ver con ese terrorista”, afirmó en primer lugar Breivik hablando en francés.

“No quiero hablar más de mi hijo, es un terrorista”, sostuvo luego en inglés, antes de recordar la reciente entrevista que concedió al canal de televisión TV2 de Noruega en la cual declaró que Anders Breivik “debería haberse suicidado (…) en lugar de matar a tantas personas”.

Anders Behring Breivik, de 32 años, reconoció el lunes ante la justicia noruega que fue el autor del atentado con bomba perpetrado en el centro de Oslo y el tiroteo en la isla de Utoya, que costaron la vida en total a 76 personas.

Jens y Anders no se ven desde hace 15 años.

“Nunca más podré volver a Noruega”, agregó Jens Breivik antes de subrayar “su voluntad de quedarse en Cournanel” convertido “ahora en nuestra tierra de asilo”.

Breivik padre saludó el apoyo que recibió de “todos los vecinos” de su pueblo francés.

“Nos protegieron de este furor mediático”, sostuvo, antes de explicar que fue él quien “pidió a la gendarmería de Limoux protección cuando me di cuenta de que en todos lados se hablaba de mi hijo y entendieron mi desasosiego”.

“Las palabras nunca podrán describir lo que siento hoy en día, seguramente mañana y también pasado”, dijo el ex diplomático noruego, que según La Dépêche du Midi “es un hombre infinitamente triste” que durante la entrevista tenía los ojos “enrojecidos e hinchados”.