El ejército mató a trece personas entre el lunes y el martes en Homs, tercera ciudad de Siria, que desde el sábado es teatro de enfrentamientos confesionales, los primeros de esta importancia al cabo de cuatro meses de revuelta contra el régimen, según militantes.

En total, “13 civiles murieron ayer y hoy en varios barrios de Homs por disparos del ejército que efectúa una operación en esta ciudad”, situada a 160 kilómetros al norte de Damasco”, afirmaron.

“Los disparos prosiguen en más de un barrio en Homs. El clima es tenso. La Seguridad y las milicias pro-régimen ocupan los barrios, disparan sin discriminación para aterrorizar a los habitantes”, escribieron el martes los militantes por la democracia en su página Facebook “Syrian revolution 2011″.

Enfrentamientos sin precedentes entre opositores y partidarios del régimen el sábado y el domingo, dejaron 30 muertos en esta ciudad de mayoría sunita, donde cohabitan la comunidad alauita – rama del chiismo a la que pertenece el presidente Bashar Al Asad – cristiana, había indicado el domingo el jefe del Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH) Rami Abdel Rahmane.

Los enfrentamientos comenzaron después del asesinato de tres partidarios del régimen cuyo parientes recibieron el sábado los cuerpos destrozados.

“Partidarios del régimen atacaron barrios donde viven opositores (sunitas). Atacaron y saquearon los comercios”, explicó un habitante de Homs que pidió guardar el anonimato, acusando a las partes de “sembrar la rivalidad confesional para desviar la Revolución de su objetivo” democrático.

Homs es uno de los focos de la revuelta. Hace dos meses el ejército fue enviado allí para tratar de acallar a los manifestantes reclamando la caída del régimen de Bashar Al Asad, llegado al poder en julio de 2000.

Militantes de los derechos humanos acusaron al régimen de “atizar las diferencias confesionales”.

“Los habitantes denunciaron los rumores lanzados por allegados al régimen sobre enfrentamientos confesionales. De hecho, son los servicios de seguridad y el ejército, en civil, que atacan a los civiles”, escribió Ammar Qorabi, jefe de la Organización nacional de derechos humanos.

Según el jefe de la OSDH, “las autoridades sirias proceden a operaciones militares y de seguridad en Homs, después de haber fracasado en su tentativa de sembrar divisiones confesionales en esta ciudad, gracias a la clarividencia de los habitantes de todas las confesiones”.

“Treinta personas de todas las confesiones murieron el sábado y el domingo y la SDH expresa su solidaridad con los habitantes. El plan de las autoridades fracasó”, afirmó.

Abdel Rahman acusó a los partidarios del gobierno de haber jugado antes el mismo juego en las ciudades costeras de Lataquia, Jablé y Banias, que presentan una cierta diversidad religiosa, como todas las ciudades sirias.

La comunidad alauita que desde 1970 tiene el control de los cargos claves del poder, cuenta con unos dos millones de fieles en Siria, es decir más o menos el 10% de la población, instalados sobre todo en el norte del país.

Los cristianos (7,5% de la población) establecieron relaciones armoniosas con los alauíes y los sunitas, estos últimos ultra mayoritarios en Siria.