En Ecuador se decretó el lunes estado de emergencia luego de que al menos 23 personas murieran en los últimos días por ingerir licor adulterado, la mayoría en una localidad de la costa donde se celebró una fiesta patronal.

En todo el país entró en vigor desde el domingo el estado de excepción por dos meses y la ley seca (para la venta y consumo de licor) por 72 horas, mientras policías y militares realizan operativos para decomisar alcohol sin registro sanitario, según el ministro de Seguridad, Homero Arellano.

Además, en la provincia de Los Ríos, epicentro de la emergencia, se decretó el toque de queda en las noches.

La acción de las autoridades dio los primeros resultados con la captura de un hombre sospechoso de haber distribuido el licor en la población de Ricaurte (Los Ríos), donde hubo 21 muertes, informó el lunes la Policía, sin precisar el lugar de la detención.

Otra persona presuntamente cómplice está prófugo, y en su casa fueron hallados bidones con la mezcla mortal de alcoholes etílico (apto para consumo humano) y metílico (de uso industrial y menor precio), agregó el reporte. En total han sido incautados 6.360 litros.

Otras dos muertes ocurrieron en las localidades de Ambato (centro) y Cuenca (sur), según el ministerio de Salud, que advirtió que el licor adulterado se estaría comercializando en más provincias, por lo que no se descarta que el número de casos y muertos aumente.

La intoxicación masiva se produjo al calor de las fiestas patronales de la virgen del Carmen, que se celebran en Ricaurte y otros poblados vecinos a mediados de julio.

“Todo coincidió para que esta intoxicación fuera mayor”, dijo el lunes la directora de Salud de Los Ríos, Marjorie Vega, indicando que solo en Ricaurte fueron atendidos un centenar de pacientes.

Según la funcionaria, las primeras muertes se presentaron el pasado jueves (los síntomas se manifiestan tres o cuatro días después de la ingesta) y aumentaron rápidamente el fin de semana.

“Las personas fallecían por paro cardiorrespiratorio o cuando eran trasladadas a Guayaquil”, relató Vega al canal Teleamazonas, y añadió que pacientes “que se salvaron quedaron ciegos” o sufrieron daños renales, sin que por ahora haya un balance de estas afectaciones.

El ministro de Salud, David Chiriboga, explicó que “al entrar en contacto con la sangre, este alcohol se convierte en formol produciendo un daño en el sistema nervioso”.

Vega aseguró que “los casos han disminuido” gracias a las medidas oficiales que incluyeron el envío a Ricaurte de un hospital móvil, el traslado del ministro de Salud y campañas informativas en las calles del poblado y a través de los medios.

“Hemos parado un poco. Hay muchos más pacientes de los 103 que habíamos reportado con signos de intoxicación, pero ya leves”, indicó.

Sin embargo, hasta el sábado que salimos a hacer operativos las personas seguían tomando en las esquinas”, y la Policía tuvo que decomisarles la bebida, sostuvo.