Cuando uno miraba la oncena titular para enfrentar a Uruguay se preguntaba ¿Por qué no está Jorge Valdivia? ¿Por qué no está en el terreno de Juego? ¿ Por qué no ingresa ante la ausencia de Matías Fernández?. Valdivia marcó la diferencia desde su ingreso en el segundo tiempo. Es el jugador distinto, el diferente. Cuando ingresó en la segunda mitad Chile comenzó a jugar al Fútbol, dejó de lado el roce, el pelotazo… y fueron los peores momentos de los charruas.

Chile hizo un primer tiempo correcto. Se esperaba que así fuera. Con Sánchez activo por todo el frente del Ataque, con Jiménez que no desentonó en una escuadra que funciona desde hace tiempo. Con Medel y Vidal que realizaron un buen trabajo en la mitad de la cancha. Y con Pablo Contreras que brilló en una defensa que casi no cometió errores.

Pero Valdivia cambió el partido y ahí me comenzó a gustar más Chile. El ingreso del Mago contagió a sus compañeros. Chile se tranquilizó. Chile se preocupó de jugar y no entró en el juego brusco a ratos de los uruguayos.

Punto a parte lo de Contreras: PARTIDAZO.  Y si uno no destaca a Waldo Ponce en la defensa de Chile, es porque precisamente Contreras estuvo finísimo. Uno de los de mayor experiencia en este joven equipo chileno demostró porque tiene que estar siempre. Un patrón: Ordenado, fino, preciso.

Chile, en definitiva, termina siendo un equipo sólido, más allá del resultado. Chile saca “chapa”. Enfrentó al cuarto del mundo y lo superó, quizás no el marcador, pero claramente en el trámite. No estuvo el gol, pero ya vendrá… Chile creció y eso es lo más importante para Claudio Borghi. Un equipo maduro que hizo ver muy mal a un equipo charrua que metió, corrió y buscó siempre.

Chile asumió el partido como esperábamos; proponiendo el gol de Alexis Sánchez que significó el empate que  no hace más que poner un resultado mínimamente justo, a un duelo que tuvo en Jorge Valdivia, en el papel principal…fue sin dudas, el gran protagonista de esta historia en el Malvinas Argentinas.