El ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn alegó sin éxito inmunidad diplomática cuando fue arrestado por el presunto intento de violación de una empleada de hotel en Nueva York, según transcripciones policiales reveladas este jueves.

Las transcripciones, difundidas por la fiscalía, señalan que cuando Strauss-Kahn estaba siendo conducido por la policía de su asiento de primera clase en un vuelo de Air France hacia París el 14 de mayo, algunas de sus palabras fueron: “Tengo inmunidad diplomática”.

El Fondo Monetario Internacional, del cual Strauss-Kahn luego renunció como director gerente, dijo días después de su arresto que la inmunidad no se aplicaba al caso porque él se encontraba en Nueva York por asuntos personales.

La primera transcripción del informe de siete páginas revela una conversación telefónica a las 15H42 -menos de cuatro horas después de cometer el supuesto delito sexual- entre Strauss-Kahn y el empleado del sector de objetos perdidos del hotel en la que dice que se dejó olvidado su teléfono celular.

Veinte minutos más tarde, a las 16H03, Strauss-Kahn llamó de nuevo y dijo: “Quiero hablar con la persona que me está trayendo el teléfono. ¿Cuándo llegarán? Estoy en la sala de Air France, por favor llámenme a este número”.

A las 16H40, presumiblemente a bordo del avión, el acusado preguntó a un detective policial vestido de civil: “¿Tiene usted mi teléfono celular?”

Pronto se dio cuenta que estaba tratando con agentes de la policía y cuando se le pidió que se fuera con ellos preguntó: “¿Para qué?”. A lo que el detective le respondió: “Ahora no es el momento ni el lugar para discutir”.

Cinco minutos después, ya en la puerta, el sargento Raymond DiLena le dijo a Strauss-Kahn: “La Policía de Nueva York necesita hablar con usted acerca de un incidente en un hotel en la ciudad”. No hubo respuesta.

A las 17H00, Strauss-Kahn se encontraba en una comisaría en el aeropuerto. Allí se le pidió vaciar sus bolsillos y poner todo sobre la mesa.

Cuando lo esposaron preguntó: “¿Es necesario?” “Sí, lo es”, fue la respuesta. Y Strauss-Kahn dijo: “Tengo inmunidad diplomática”.

“No está en este pasaporte, tengo un segundo pasaporte”, añadió. “¿Puedo hablar con alguien del consulado francés? ¿Qué está pasando?”.

Luego, en el camino hacia la comisaría especializada en crímenes de carácter sexual en Harlem, Strauss-Kahn dijo que tenía que hacer una llamada para comunicar que no iba a estar presente en una reunión al día siguiente.

“Estas esposas están apretadas”, añadió.

Un poco más tarde, en la comisaría, un agente dijo a Strauss-Kahn: “En este país tiene derecho (a un abogado, ndlr) si lo quiere, ignoro si tiene algún estatus diplomático”.

“No, no, no. No estoy tratando de usar eso, sólo quiero saber si necesito un abogado”, dijo el ex director del FMI. “Usted decide”, respondió el policía.

Más tarde el detective Steven Lane le preguntó si quería hablar. “Mi abogado me dijo que no hablara. Estaba por hacerlo”, respondió Strauss-Kahn.

La sentencia máxima de los siete cargos de los que se lo acusa, entre ellos forzar a una persona a mantener sexo oral, intento de violación y abuso sexual en primer grado, suma 74 años y tres meses en prisión, según los documentos de la acusación.