El papa Benedicto XVI instó este domingo a los católicos a oponerse a la “desintegración” de la familia tradicional y reclamó “medidas legislativas” para ayudarla “en su tarea de engendrar y educar a los niños”, durante una multitudinaria misa en Zagreb.

“Desgraciadamente, no tenemos más remedio que reconocer que la secularización, que culmina con la exclusión de Dios de la vida y la creciente desintegración de la familia, se está difundiendo, en particular en Europa”, dijo Benedicto XVI.

“Queridas familias, ¡tengan valor! ¡No se rindan ante la mentalidad secularizadora que les propone vivir juntos para preparar el casamiento, o incluso para sustituirlo!”, afirmó ante la multitud, evaluada por el Vaticano en 400.000 personas y por la televisión croata en 300.000.

El Papa también instó a los creyentes a “afirmar que la vida humana es inviolable, desde la concepción hasta la muerte natural, y que la familia basada en el matrimonio tiene un valor irremplazable”.

Benedicto XVI también subrayó “la necesidad de medidas legislativas que apoyen a las familias en su tarea de engendrar y educar a los niños”.

“Todos sabemos muy bien que la familia cristiana es una señal especial de la presencia y del amor de Cristo y que tendrá que cumplir un papel específico e insustituible en la evangelización”, estimó.

“La familia cristiana siempre fue el primer camino para transmitir la fe”, aseguró Benedicto XVI.

“Gracias a Dios, muchas familias cristianas van tomando cada vez más conciencia de su vocación misionera”, puntualizó.

La misa tuvo lugar en el mismo lugar que la celebrada en 1994, durante la guerra de los Balcanes, por su predecesor Juan Pablo II.

El actual Papa, de 84 años de edad, llegó a la ceremonia con un poco de retraso y necesitó ayuda para subir los escalones que llevaban al altar.

En el segundo y último día de su visita a Croacia, el Papa también visitó la tumba del cardenal Alojzije Stepinac.

Stepinac fue beatificado por Juan Pablo II en 1998, pese a la controversia por su papel, calificado por algunos historiadores de timorato y cómplice, desempeñado durante el régimen croata pro-nazi de los Ustasha.

El Papa definió a Stepinac como “el defensor de los judíos, de los ortodoxos y de todos los perseguidos” y ante su tumba, en presencia de obispos, saludó su “sólida conciencia cristiana”.

La asociación de víctimas del Holocausto American Gathering of Holocaust Survivors and their Descendants estima por el contrario que, aunque “el papa tuvo razón en condenar al régimen nefasto de los ustashi se equivocó rindiendo homenaje a uno de sus principales abogados”.

Durante el primer día de su visita, también instó a los croatas a entrar con “alegría” en la Unión Europea (UE) y a ayudar a los europeos a valorar “su riqueza espiritual”, menoscabada por el “individualismo” y los “espacios privados”.

La conservadora Iglesia Católica croata es muy influyente en este país, a veces llamado “la Polonia del sur”.

Benedicto XVI no había viajado al extranjero desde su estancia en España el pasado mes de noviembre. La visita a Croacia es su decimonoveno viaje al exterior.