El representante del Consejo de Rectores ante la Comisión Chilena de Energía Nuclear y rector de la Universidad de Santiago de Chile, Juan Manuel Zolezzi, reconoció que el incidente que obligó a evacuar a miles de personas en el perímetro de las centrales nucleares de Fukushima en Japón afectará las discusiones sobre el tema en el país.

“Obviamente que afecta la discusión sobre el uso de energía nuclear en Chile. La preocupación de las personas se centra en esta temática. Pero hay que esperar el curso que, finalmente, tomará el problema de Japón, pero creo que es un fenómeno que se puede controlar”.

Según precisó lo que motivó el incidente en Japón fue aparentemente “un problema de refrigeración del núcleo del reactor, que en el caso de la central de Fukushima son enfriados con agua. Al producirse una falta de enfriamiento del núcleo se produce una fusión de parte del núcleo, que puede liberar distintos contaminantes o partículas ionizantes radioactivas”.

Estas emisiones fueron contenidas dado que se trata de centrales cerradas, comentó el rector de la Usach, explicando que “todas las centrales que se construyeron en los últimos 30 años han sido confinadas en un receptáculo cerrado, no como Chernobyl, que era abierto, y que al producirse la fusión de parte del núcleo inmediatamente la parte radioactiva fue a la atmósfera. La situación en Japón es bastante distinta”.

El representante del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) ante CCHEN, agregó que las centrales nucleares que hoy se construyen tienen más sistemas de protección “en el sentido de tener entre tres y cinco circuitos independientes de refrigeración en caso de producirse un fallo de la energía eléctrica producto de un terremoto, como sucedió en Japón”.

Zolezzi además aseguró que los dos reactores nucleares que funcionan en Chile –La Reina y Lo Aguirre- no son peligrosos ante un eventual terremoto, destacando que “se usan fundamentalmente para producir radioisótopos para medicina como cobalto, iodo y para sanitizar alimentos” y que a pesar de ser de menor dimensión son “supervisados por la Organización Internacional de Energía Atómica”, con las garantías de seguridad correspondientes.