Cientos de socorristas trabajan este lunes entre lodo y escombros en tareas de rescate de los bienes de miles de familias obligadas a dejar sus domicilios a causa de un derrumbe registrado el domingo, que dejó centenares de viviendas dañadas y al menos 4.000 afectados, constató la AFP.

El movimiento de tierra afectó un área de 100 hectáreas de una zona suburbana de La Paz, donde están emplazados al menos seis barrios, muchos de ellos desaparecidos tras los deslizamientos de tierras, que no dejaron víctimas.

Fue el “deslizamiento más serio que ha tenido La Paz”, dijo a periodistas el alcalde de la ciudad, Luis Revilla, quien encabeza las labores de rescate.

“El presidente Evo Morales ordenó a todo su gabinete de ministros desplazarse por los lugares de siniestro”, dijo de su lado la ministra de Lucha contra la Corrupción, Nardi Suxo, quien personalmente sirvió el desayuno a cientos de damnificados concentrados en carpas, en uno de los cinco albergues que levantó la Alcaldía y la oficina de Defensa Civil.

Aunque la lluvia ha sido factor desencadenante del siniestro, los vecinos explicaron a la prensa que debajo de las viviendas fluían ríos subterráneos, como en la mayoría de los cerros donde fueron instalados desde hace años estos asentamientos precarios.

Por el momento “estamos ayudando en la emergencia, en el traslado de enseres, después estaremos entrando en el tema de (la dotación de) las viviendas” para los damnificados, dijo el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo.

“Vine a vivir (en la zona afectada) en los años 80. Pero en el año 1998 nos llegó un memorándum de la Alcaldía donde nos decía que mos alistáramos para evacuar el lugar porque había un riesgo”, relató al diario Página Siete Adelaida Visa Calles (67 años), vecina y fundadora del barrio Pampahasi Bajo Central.

La Alcaldía de La Paz y el gobierno central trabajan además en la evacuación de la zona afectada, que abarca unas 100 hectáreas.

Las intensas lluvias han provocado en las últimas semanas desbordes de ríos, inundaciones y la pérdida de plantaciones y ganado, además de dejar unas 15.000 personas afectadas y al menos 20 mueros, según estimaciones de las autoridades.