Grupo de la armada y amigos que ayudaron a la instalación de la escultura
La comunidad del archipiélago de Juan Fernández realizó una serie de actividades para recordar la memoria de quienes ya no están, porque sucumbieron a los embates de la ola, con romerías, procesiones y ofrendas arrojadas al mar.
Pero hubo otros, como los familiares del desaparecido periodista español, Miguel Marín, de 29 años, que quisieron conmemorar la fecha de manera distinta, y más intima.
Es así que ellos instalaron una escultura, en el sector de Puerto Francés, el mismo sitio donde hace un año, Miguel se encontraba con su suegro acampando, cuando la ola se fue encima del campamento arrastrándolo con todo a su paso.
Kentia Puigg, la novia del joven periodista, habló sobre el difícil proceso que significa tener que enfrentar la pérdida de un ser querido, sin tener la certeza de donde podrán estar sus restos.
A un año de la desgracia, recién el padre de Miguel Marín, quien se llama exactamente igual que su hijo, pudo pisar suelo isleño para cerrar lo que el mismo señaló como un ciclo.
María Angélica Pérez, era una artista gráfica del Museo de Bellas Artes. A sus 37 años, llegó a Juan Fernández con su novio, Cristóbal Sotomayor, de vacaciones.
Esa noche trágica, ambos dormían en una cabaña, cuando de repente, el agua comenzó a inundar la habitación y comenzó la pesadilla.
Ambos fueron arrastrados por las aguas, el pudo salvarse. Ella no.
Cristóbal, recuerda con dolor esos minutos, y esa amarga certeza que tuvo en el momento, de que nunca más volvería a ver a María Angélica.
Son parte de las historias y los lamentos que aún rondan en el archipiélago de Juan Fernández.
Y aunque la comunidad no ha sido muy participativa de los actos organizados por la municipalidad insular, todos llevan un luto interior que queda demostrado en los más adultos, que aún sienten temor de bajar al borde costero, en la bahía de Cumberland, por miedo a ese mar inclemente y engañoso.
