Visitas al Hospital Regional de Temuco, a dos cementerios y participación de una misa conmemorativa, donde se entregaron reconocimientos a trabajadores y voluntarios que laboraron en la madrugada del 27 de febrero, incluyó la agenda de autoridades regionales de Gobierno, encabezadas por el intendente Andrés Molina este domingo.

Intendente Molina | Carlos Martínez

Intendente Molina | Carlos Martínez

Alrededor de las 9 horas, la autoridad de gobierno llegó al Hospital Regional Doctor Hernán Henríquez de Temuco, para reconocer a los funcionarios del sector salud que trabajaron la fatídica madrugada del 27 de febrero de 2010, muchos de ellos reforzando voluntariamente los turnos para atender a la comunidad.

Además, el intendente visitó el Cementerio Municipal de Temuco, donde acompañó a las familias de Nélson Otárola Montecinos, fallecido tras derrumbarse el frontis del local nocturno que funcionaba en calle Portales al llegar a Cruz y de Ernestina Contreras Rivas, quien falleció víctima de una insuficiencia cardiorespiratoria derivada del terremoto.

Molina a la salida del camposanto aprovechó de llamar a la unidad de los habitantes de La Araucanía, en este fecha, al tiempo que se refirió a los avances en la reconstruccion.

La autoridad visitó ademas el cementerio Parque del Sendero, donde descansan los restos de Ana del Carmen Marchant Sandoval, también fallecida a causa del terremoto.

En la Catedral se ofició una misa conmemorativa de la fecha, donde se oró por los fallecidos y por quienes han sufrido y sufren aún las consecuencias del terremoto.

Al término de la misa, oficiada por el sacerdote y Dean de la catedral, Jaime Villalobos, se entregaron reconocimientos al Ejército, Carabineros, PDI, Bomberos, Cruz roja, Defensa Civil, Personal de Salud, SAMU, Hogar de Cristo y CONAF.

En la misa y pese a que era uno de los convocantes no estuvo el alcalde de Temuco, Miguel Ángel Becker. Tampoco llegaron representantes de la oposición, que horas antes criticaron duramente al gobierno en La Araucanía, denunciando una casi nula respuesta a la comunidad afectada por el terremoto.