Una velatón que partirá a las 23 horas de este sábado, hasta las 24 horas del domingo 27 de febrero, es sólo una parte de las actividades conmemorativas que tiene programado el municipio de Juan Fernández, para recordar la memoria de aquellas 10 personas que murieron producto de la ola que arrasó con el poblado en la bahía Cumberland, y de esos 6 que aún el mar no devuelve.

Si bien, en un principio la Municipalidad pretendía realizar una gran fogata, esperando la hora exacta del desastre, un comité integrado por los propios isleños desechó la idea, ya que según comentó el propio alcalde, Leopoldo González, las personas aún no tienen un sentimiento claro con respecto a lo que significó el tsunami para sus vidas.

Y es que sin duda, el ánimo de los isleños en el poblado de Juan Bautista, es a simple vista normal, completamente rutinario, pero a la hora de referirse a los hechos de hace casi un año atrás, miran con recelo y prefieren simplemente no hacerlo.

No obstante la comunidad participará de las actividades preparadas por el municipio, donde para la mañana de este domingo 27 de febrero se contemplan misas, una procesión durante la tarde hasta el cementerio, y una ofrenda floral en la bahía.

A un año del tsunami, la reconstrucción avanza, lentamente, pero avanza.

La fuerza de tarea de la Armada de Chile, ya ha hecho su labor, tal como comentó a La Radio el almirante Cristián de la Maza, comandante en jede de la Primera Zona Naval, quien se refirió al retiro de escombros de la bahía. Una labor que significó una dura tarea, para dar paso a la fase de reconstrucción, con el transporte de material.

Si bien, la isla se recupera poco a poco de los efectos de esas tres olas que acabaron con el pueblo, hay algo que quizás tarde mucho en sanar, y eso es el dolor de lo que significa perder a seres queridos, amigos, familiares.

Ese es el caso de Eva Chamorro, una artesana de la isla que perdió a cuatros familiares en la tragedia, quien dice que participará de los actos conmemorativos, a pesar de que la pena sigue siendo grande.

Sin duda un relato conmovedor de una sobreviviente de esta tragedia, y que sigue luchando por sacar adelante su familia y la isla que la vio nacer.

Es este, un poco el ánimo del archipiélago de Juan Fernández a horas en que se conmemore un año de aquella madrugada fatídica.