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El finlandés Mikko Hirvonen, defendió con éxito su título de 2010 del rally de Suecia, al ganar este domingo la primera prueba del Mundial (WRC), en Hagfors, donde Ford firmó un ‘triplete’, por delante del noruego Mads Ostberg y de su compatriota Jari-Matti Latvala.

Hirvonen, Ostber y Latvala dieron a la escudería Ford Fiesta RS un inmejorable inicio de la temporada, pues los tres pilotan coches de ese constructor.

En virtud de este podio, Hirvonen ocupa lo más alto de la clasificación del Mundial, con 25 puntos, seguido de Ostber, segundo (18) y de Latvala, tercero (16), mientras que en la competición de constructores Ford lidera con 40 unidades, seguido de Citroën, con 22.

El triunfo de este domingo es la 13ª victoria en el Mundial WRC de Hirvonen, que fue dos veces subcampeón del mundo, por detrás del francés Sébastien Loeb (Citroën DS3), en 2008 y 2009, pero que en 2010 tuvo una mala temporada, en la que acabó sexto en la competición planetaria de pilotos.

“Es fantástico ganar el primer rally de la temporada con el nuevo Fiesta. Debo reconocer que estaba muy nervioso al inicio de la última especial, pero estoy muy feliz de un inicio de temporada tan bueno”, declaró Hirvonen.

El finlandés, de 30 años, ya se impuso en 2010 en el único rally que se disputa sobre nieve en el Mundial, y sólo este domingo alcanzó el liderato sin soltarlo.

La jornada empezó a ir bien para Hirvonen cuando se desató al volante de su Ford Fiesta RS, logrando los mejores tiempos en las especiales comprendidas entre la ES17 y ES19, y luego pasó el testigo a su compañero de equipo y compatriota Latvala, que se adjudicó las dos siguientes (ES20 y ES21).

Tras este dominio de los nórdicos, en la última especial, los corredores recorrieron un centenar de kilómetros hasta Karlstad, donde se sometieron al control de tiempos antes de subir al podio, por este orden, Hirvonen, Ostber y Latvala.

Loeb, vigente campeón y siete veces laureado en el Mundial, terminó sexto de la general, al final de un mal fin de semana para él, puesto que se le presentaron no pocas incidencias.

“La única satisfacción, es que nuestro coche no está mal, teníamos buenas sensaciones, es equilibrado y competitivo”, relativizó Loeb, tratando de ser optimista.

Su último problema, que también minó sus registros, fue una avería en el arranque de su coche, que le obligó a empujar el vehículo antes de retomar la parada de la 22ª y última especial.

A su compatriota Sébastien Ogier le fue algo mejor, pues se quedó con la cuarta posición, y fue el principal beneficiado de la suspensión que impidió conducir al noruego Petter Solberg, cuyo coche, en la última especial, tuvo que ser pilotado por su copiloto, el británico Chris Patterson.

“Desde un punto de vista de los puntos, el resultado es bueno. Las pruebas sobre tierra se acercan” y “estaremos en buena posición para la salida en México, con los puntos logrados aquí”, comentó Ogier.