La congresista estadounidense Gabrielle Giffords fue trasladada de Tucson, Arizona, a Texas este viernes y varias personas se apostaron a la salida del hospital para desearle una rápida recuperación tras sobrevivir a un sangriento tiroteo.

Su esposo y médicos acompañaron a la mujer de 40 años en el vuelo de dos horas hacia Houston, Texas (sur), donde tras ser revisada iniciará la rehabilitación por el disparo que le perforó la cabeza.

En Tucson, una ambulancia, seguida por una caravana, trasladó al aeropuerto a la congresista desde el University Medical Center donde se encontraba desde el 8 de enero cuando recibió la bala.

Fue llevada en una camilla a un jet en una base cercana de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En Houston será trasladada en helicóptero al hospital de la ciudad donde será revisada por expertos.

El neurocirujano Dong Kim del Memorial Hermann Hospital en Houston dijo que Giffords será revisada debido a “preocupaciones que tienen que ver con asuntos médicos” y agregó: “Aún no está lista para iniciar la rehabilitación”.

“Entonces lo que vamos a hacer (…) es un profundo chequeo, y una vez que estemos listos para hacerlo, entonces podremos decirles un poco más”, le dijo a la CNN.

El martes los doctores habían dicho que Giffords estaba realizando un progreso “fantástico” a menos de dos semanas del terrible atentado, como ponerse de pie con ayuda y mover fotografías deslizando los dedos en un iPad.

El 9 de enero, un hombre armado y aparentemente desquiciado provocó una masacre en un acto político en el que Giffords departía con sus votantes. Seis personas fueron asesinadas, incluyendo una niña de nueve años y un juez federal.

Jared Loughner, de 22 años, fue arrestado en el lugar y esta semana fue acusado de intento de asesinato a Giffords y a dos de sus ayudantes. Se esperan más cargos en su contra.