El secretario ministerial de Obras Públicas en la Región del Bío-Bío, Carlos Guzmán Jara, uno de los hombres claves de la intendenta Jacqueline Van Rysselberghe, renunció al cargo y vuelve a la actividad privada.
El ingeniero civil debía coordinar, supervigilar y fiscalizar los servicios regionales dependientes del Ministerio, informar al ministro sobre el cumplimiento de las disposiciones técnicas, legales, reglamentarias, contables y administrativas en su funcionamiento.
Además su labor incluía supervigilar e informar acerca de las obras de infraestructura pública, así como de las inversiones correspondientes. Logró con éxito avanzar en la conectividad, pero no resiste los tiempos y la demora burocrática en la Administración Pública.
El seremi de Obras Públicas, es el responsable del cumplimiento de planes y programas interregionales y regionales. Aprueba labores de conservación, de mantención y de explotación de los servicios operativos y ejecutar las políticas de su sector de acuerdo con las instrucciones de la intendenta, con las normas técnicas del Ministerio.
Particularmente, Guzmán participó en la elaboración de los planes de desarrollo regional, en especial en el “Plan Maestro de Estrategia de Desarrollo 2011 – 2014″ y preparó el anteproyecto de Presupuesto y Balance Anual del sector, para ser remitido a la Secretaría Regional de Planificación y Cooperación.
Propone a la intendenta el Programa Anual en la región y la tiene informada sobre su cumplimiento, labor que cumplió con eficiencia, según supo La Radio. Era una persona influyente en el equipo de Jacqueline Van Rysselberghe.
Para evitar que su dimisión se asocie, erróneamente, con ataques a la intendenta, demorará la presentación formal de su renuncia.
Aún se desconoce el nombre de quien lo reemplazará en un cargo clave tras el terremoto y una de las autoridades que maneja presupuestos más altos en el país. Guzmán, por ahora, no hablará de su retorno a la actividad privada.