El Inter de Milán se estrena el miércoles en el Mundial de Clubes con un duelo ante el Seongnam Ilhwa en Abu Dabi, ante el que intentará terminar con el ‘síndrome coreano’ que parece perseguir al fútbol italiano desde los Mundiales de selecciones de 1966 y 2002.

En la cita inglesa fue Corea del Norte quien cortó el camino del equipo en la fase de grupos (1-0), mientras que hace ocho años fue el equipo del Sur, como anfitrión, quien eliminó a la ‘Nazionale’ en octavos de final, en un duelo marcado por la polémica arbitral (2-1).

De los jugadores italianos que vivieron ese duelo de 2002 en Daejeon, el Inter actual cuenta con uno, Marco Materazzi, que siguió el choque desde el banquillo y que vio cómo un ‘gol de oro’ de Ahn Jung-Hwan en la prolongación daba el pase a los anfitriones y enviaba a los europeos a casa.

Las iras en Italia se centraron entonces en el árbitro ecuatoriano Byron Moreno, que este mismo año fue detenido en el aeropuerto JFK de Nueva York por llevar escondidas diez bolsas con heroína.

“Creo que Moreno ya la tenía (la droga) en 2002, pero no en su ropa interior, sino en su organismo”, bromeó en ese momento el arquero de la Juventus Gianluigi Buffon, uno de los que sufrió sobre el césped uno de los grandes traumas recientes del fútbol italiano.

El otro precedente de Italia contra Corea del Sur, en el Mundial de México-1986, sí que había tenido final feliz (victoria 3-2 en Puebla), aunque en un partido en el que los europeos lograron el tanto del triunfo sólo a falta de siete minutos. Pasaron así a octavos y allí cayeron contra Francia (2-0).

En categorías inferiores, los duelos mundiales Sub-17 han caído siempre del lado italiano (2-0 en Toronto en 1987 y 2-1 en Kaduna, Nigeria, en 2009), pero en su único precedente Sub-20, los asiáticos golearon 4-1 en Melbourne en la edición de 1981. Ambos quedarían eliminados en la primera fase.

La otra ‘tragedia coreana’ vivida por la ‘Squadra Azzurra’ en una Copa del Mundo absoluta fue en 1966, cuando el equipo se vio superado en el tercer y último partido de su grupo por un desconocido equipo de Corea del Norte (1-0), que logró contra todo pronóstico el último billete para los cuartos de final.

Más de 44 años después, esa gesta de los ‘Chollima’ en Middlesbrough permanece como el gran hito del fútbol de su país y como una vergüenza histórica para Italia, que entonces ya había conquistado dos torneos ecuménicos (1934 y 1938) y era considerado uno de los favoritos al título.

El destino no volvió a cruzar en categoría absoluta los caminos de italianos y norcoreanos, que aún tienen esa vieja cuenta pendiente.

En competiciones juveniles, el ‘síndrome’ se repitió en la cita Sub-17 de Perú-2005: un empate 1-1 en la última fecha del grupo, en Trujillo, eliminó a los europeos y clasificó a los norcoreanos.

Un fracaso del Inter en el Mundial de Clubes se sumaría al desastre nacional de la gran cita FIFA de 2010, el Mundial de Sudáfrica, donde Italia llegó como campeona y se fue humillada en la primera fase, como colista de grupo, tras caer ante Eslovaquia (3-2) y empatar con Paraguay (1-1) y Nueva Zelanda (1-1).