El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, instó este sábado a la OPEP a luchar por la “sostenibilidad del planeta” aplicando un impuesto a las exportaciones de petróleo que penalice a los causantes del cambio climático y mitigue los efectos de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

“Aplicando un impuesto a las fuentes de las emisiones se lograría justicia económica y justicia climática porque los consumidores de petróleo pagarán más por las emisiones que van a producir”, estimó el mandatario en la apertura de la reunión ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se celebra este sábado en Quito.

Según Correa, si se aplica una tasa del 5% sobre las exportaciones de crudo actuales, se podría generar anualmente un fondo de 40.000 millones de dolares.

“La OPEP lograría lo que el protocolo de Kyoto no ha logrado: que los emisores de CO2 asuman los efectos de sus acciones, que paguen por la contaminación que generan”, explicó.

El mandatario explicó que con estos ingresos se podría crear un fondo mundial para mitigar los efectos del calentamiento climático y financiar las reducciones de CO2. Además se compensaría a los países pobres importadores de crudo financiando programas de reducción de la miseria.

Además, el fondo permitiría financiar iniciativas como la Yasuní ITT, por la que Ecuador está dispuesto a dejar sin extraer 846 millones de barriles de una riquísima reserva natural si a cambio la comunidad internacional dona un fondo de 3.600 millones de dólares, que representan la mitad de lo que se conseguiría explotando este petróleo.

“Es la propuesta más concreta de la historia para bajar de la retórica a los hechos en la lucha contra cambio climático”, aseguró Correa.

El gobierno ecuatoriano confía recibir apoyo de los 12 países de la OPEP en la reunión de Quito.

La cumbre sobre el cambio climático de Cancún está terminando “con magros resultados (…) pero no podíamos esperar mucho más dadas las relaciones de poder en el mundo, donde los países hegemónicos son los países contaminadores y los pobres somos los generadores de bienes ambientales”, lamentó Correa.

El presidente consideró que “frente a la reticencia de los países culpables del cambio climático, la OPEP puede inclinar la balanza a favor de la sostenibilidad del planeta”.

“Debemos usar el poder de la OPEP para sacar de la pobreza a nuestros pueblos, para reequilibrar las relaciones de poder. Desde la OPEP debemos dejar para la posteridad un mundo más sostenible y más humano”, concluyó.