Son 1.400 cables de la página web WikiLeaks que involucrarían a Chile, en el marco de la desclasificación de una serie de informaciones de carácter privado del Departamento de Estado Norteamericano y sus embajadas en todo el mundo.

A los polémicos dichos como que la secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton,; pidió un informe de la salud mental de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández o un “grave tumor” que padecería el mandatario de Bolivia, Evo Morales, se suma la confirmación de 1.400 documentos con información respecto a Chile.

El canciller, Alfredo Moreno, aseguró que desconocen el contenido de los cables por lo que declinó referirse a ellos, pero aseguró que no ponen en jaque la seguridad del país.

Una opinión con la que coincidió el secretario General de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, quien dijo que ninguna de las filtraciones le llamó la atención.

Para Insulza, el verdadero efecto de las filtraciones de WikiLeaks serán cambios radicales en los manejos de la seguridad informática de Estados Unidos.

Respecto a lo que debiera hacer nuestro país, el senador y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, Hernán Larraín, opinó que una vez conocido el alcance los documentos, el Gobierno debiera pedir explicaciones a Estados Unidos.

En paralelo, el senador DC, Ignacio Walker, desestimó la importancia de los datos de WikiLeaks que involucrarían a Chile debido a que se trata de datos entregados por funcionarios sin identificar y sobre todo “opiniones”.

Entre las autoridades hay confianza en que los cables se van a publicar pronto, pero que no conocen su contenido, pero abarcan un período de 2 años hasta febrero de 2010.