Los sindicatos franceses se juegan el martes el todo por el todo en una nueva jornada de manifestaciones y huelgas contra la reforma de la jubilación del presidente conservador Nicolas Sarkozy, que podría radicalizarse con la participación de los estudiantes.

“En función de nuestra capacidad para mantener los índices de movilización, esto puede durar todavía un momento”, advirtió Bernard Thibault, secretario general de la CGT, primer sindicato de Francia.

“Hoy habrá una movilización muy grande. Es incomprensible que el gobierno no se mueva frente a los reclamos de los sindicatos”, sostuvo François Chereque, secretario general de la CFDT (reformista), segundo sindicato francés.

Las tres anteriores jornadas de manifestaciones -7 y 23 de septiembre y 2 de octubre- movilizaron en cada ocasión de de 2,5 millones a tres millones de personas, según los sindicaros, y de 900.000 y 1,2 millones, según la policía.

Unas 244 manifestaciones fueron convocadas para el martes en todo el país.

La manifestación parisina, encabezada por los principales líderes sindicales y en la que participará la dirigencia de la oposición de izquierda, arrancará a las 13H30 locales (11H30 GMT) desde Montparnasse, sur de la capital.

“El gobierno buscará el desgaste, día tras día”, afirmó el líder cegetista al diario Le Parisien antes de considerar que “lo que importa, es que la acción sea prolongada. Eso nos garantizará el éxito”, agregó.

Las huelgas del martes -respaldadas por el 69% de los franceses según una encuesta del instituto CSA- podrían ser prolongadas por las asambleas generales previstas para el miércoles, dando lugar a un “escenario que angustia al Elíseo”, presidencia francesa, según el diario Liberation (izquierda).

En el transporte ferroviario circulaba un tren de gran velocidad de cada tres entre París y el interior del país mientras el tráfico era casi normal hacia otros países europeos.

Pero en el aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle, el 30% de los vuelos fueron anulados y en Orly el 50%, según la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC).

El metro parisino circulaba sin demasiadas complicaciones, a diferencia de los trenes de cercanías en la capital y del transporte urbano en provincia.

Tanto sindicatos como gobierno prestarán atención al seguimiento de la huelga en un sector clave de la economía, como son las refinerías, pues al menos diez de las 12 están en huelga.

También observarán el alcance de la movilización entre los estudiantes secundarios y universitarios, que se perfilaba importante.

A primera hora, el ministerio de Educación indicó que unos 300 colegios de todo el país estaban bloqueados.

El principal sindicato de estudiantes universitarios, la UNEF, llamó a una jornada de “facultades desiertas”.

La administración pública y la educación, así como los sectores portuario, químico, energético y metalúrgico estaban llamados a sumarse a la huelga contra una reforma que pondrá fin a un régimen de jubilaciones considerado como un “símbolo” de la presidencia del socialista François Mitterrand, a inicios d elos años 80.

Pese al rechazo en las calles de esta reforma, la más importante de la presidencia de Sarkozy, los senadores de la mayoría gobernante de derecha UMP y los centristas aprobaron entre el viernes y el lunes, en una carrera contrarreloj, los dos artículos más polémicos: el aumento de 60 a 62 años de la edad mínima legal para jubilarse y el incremento de 65 a 67 años de la edad para cobrar una jubilación completa.

La cámara alta prevé concluir el examen del proyecto esta semana, antes de las manifestaciones convocadas por los sindicatos para el sábado próximo.

El gobierno espera que el Parlamento apruebe definitivamente la reforma antes de fines de octubre y que el fin de semana largo del Día de Todos los Santos, desinfle la movilización social.