Grupos de socorristas seguían buscando este martes a entre 20 y 30 personas que quedaron sepultadas por un alud de tierra en una carretera del noroeste de Colombia, en medio de la angustia de sus familiares que siguen minuto a minuto sus esfuerzos de rescate.

La avalancha ocurrió el lunes en la tarde en el sitio denominado Manglar, unas tres horas al oeste de Medellín, en la carretera que conduce al mar, en Urabá, cuando alrededor de 20 personas pasaban de un autobús a otro vehículo. El alud derribó además seis viviendas.

Más de medio centenar de socorristas buscan desde las 06H00 locales (11H00 GMT) indicios de personas atrapadas, pero sin éxito hasta ahora. Decenas de familiares se han agolpado a los bordes de la carretera, a la espera de recibir noticias que suponen quedaron bajo el alud de tierra.

“Se están haciendo orificios para ventilar el alud, y permitir que los perros puedan olfatear y definir si hay cuerpos con vida o sin vida”, dijo a la AFP Sandra Calvo, vocera de la Cruz Roja colombiana.

Pero la espera se hace interminable para los familiares. “Esto está muy demorado”, se lamentaban varias personas, a la vez que pedían a los socorristas permitir que los vecinos de la zona ayudaran en la búsqueda, comprobó un fotógrafo de AFP.

A media mañana, el presidente Juan Manuel Santos y el gobernador del departamento de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, se trasladaron al lugar. El mandatario realizó allí un recorrido y conversó tanto con los socorristas como con los familiares de las personas atrapadas.

“Es muy lamentable. Nuestro corazón está con las familias de las personas que están en este momento desaparecidas. Estamos haciendo todos los esfuerzos para localizarlas”, dijo Santos.

El presidente puntualizó que las labores de búsqueda deben hacerse “con mucho cuidado, porque todavía existe un muy alto peligro de que el derrumbe continúe”.

Jorge Humberto Moreno, portavoz de la gobernación de Antioquia, explicó que las operaciones de rescate apenas comenzaron en la mañana, debido a que se tuvo que examinar la parte alta de la montaña para comprobar que no hubiera peligro de una nueva avalancha.

El alud fue de unos 100.000 metros cúbicos de tierra en una extensión de entre 400 y 500 metros, según las autoridades.

Paralelamente, en México, un deslave sepultó cientos de viviendas en el poblado indígena de Santa María, en Oaxaca, sureste de México, con saldo provisional de siete muertos y 100 desparecidos, aunque las autoridades regionales estiman que hasta mil personas podrían haber quedado sepultadas.

Al menos 74 personas han muerto en Colombia desde marzo a causa de las lluvias, que han dejado también 159 heridos y 812.997 damnificados en 27 de los 32 departamentos del país, según el ministerio del Interior.