Decenas de pueblos permanecen anegados en el este y sur de México, donde las lluvias sin precedentes dejan casi un millón de afectados, especialmente en los estados de Veracruz y Tabasco, cuya capital fue rodeada de un dique de sacos de arena ante la amenaza de inundación.

Imagen de BBC

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Miembros del cuerpo de socorro estatal Protección Civil, del Ejército y la Marina, mantenían un puente aéreo apoyado por helicópteros para llevar alimentos y provisiones a los refugios habilitados en escuelas y otras instalaciones oficiales.

Las inundaciones afectan especialmente a los estados sobre el golfo de México pero también el sur de la costa sobre el Pacífico como en Oaxaca. Allí el presidente Felipe Calderón sobrevoló el viernes áreas anegadas y se reunió en la ciudad de Ixtepec con alcaldes de la región.

Calderón reiteró que la emergencia es consecuencia a una temporada lluviosa sin antecedentes. “Es el mayor registro de lluvias en la historia de México, es decir, 2010 quedará registrado como el año más lluvioso desde que se tenga registro en el país”, anotó.

El estado de Veracruz concentra más de la mitad de los 974.000 afectados contabilizados hasta el viernes en todo el país por los organismos de socorro.

Según el gobierno de ese estado, unas 500.000 personas resultaron afectadas por las lluvias, que han inundado más de 72 de sus 210 municipios y causaron al menos 10 muertes en la última semana.

“Llevamos cuatro días sin lluvias pero los ríos Papaloapan y Coatzacoalcos siguen desbordadados y se espera que incrementen sus niveles entre el viernes y el sábado”, dijo a periodistas Isidro Cano, director de un organismo de socorro local.

Las inundaciones en Veracruz han obligado a evacuar pueblos enteros como Tlacotalpan, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1998, y Minatitlán, un centro de producción petrolera.

“Nos dicen que el agua va a crecer dos metros más la inundación. No podemos creerlo, no podemos estar peor”, dijo a periodistas en Minatitlán Felipe Rodríguez, un herrero de 50 años cuyo negocio quedó bajo el agua, según transmitió la televisión local.

En tanto, el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, señaló que “hay que pensar incluso en el traslado de (comunidades) en zonas enteras que son inundadas año tras año, y terminar los obras hidráulicas prometidas tras la última emergencia”, registrada en 2007.

La capital de Tabasco, Villahermosa, amaneció rodeada por un dique de casi 50 km de sacos de arena y piedras, construido por sus habitantes con la colaboración de militares a lo largo del río Carrizal, según constató un correponsal de la AFP.

El Carrizal y varios ríos de la cuenca de esa ciudad de 650.000 habitantes han aumentado su nivel tras la apertura de compuertas en la represa Peñitas en las montañas del vecino estado de Chiapas, en el sur de México, dijo Granier.

El viernes el servicio meteorológico estatal pronosticó lluvias intensas el fin de semana en 18 de los 31 estados mexicanos.