El derrumbe que atrapó hace más de dos semanas a 33 mineros en la mina San José no afectó más allá de los 400 metros de profundidad, por lo que no alcanzó a la zona del refugio donde supuestamente deberían estar resguardados los mineros, a unos 700 metros.

Durante la madrugada del sábado se ingresó una cámara de televisión a través del orificio más profundo perforado por las máquinas de sondaje, que alcanza los 775 metros, y se pudo confirmar que no existen grietas más allá de los 400 metros de profundidad, según explicó a medios locales Andrés Sougarret, el ingeniero a cargo de las labores de rescate.

“Lo que vamos a hacer es, con una sonda electromagnética, medir si hay paredes o cavidades en torno a los 1,30 metros. Esa será la funcionalidad del pozo, que nos permitirá conocer las áreas cercanas a la perforación”, afirmó Sougarret.

En función de los resultados de estos nuevos exámenes, los ingenieros analizarán la posibilidad de ingresar una nueva perforadora que corrija el ángulo de perforación de las máquinas y permita establecer comunicación con los mineros.

Las familias de los mineros atrapados insistieron en su propuesta de que un grupo de mineros con experiencia descienda a la mina para participar en el rescate, opción que el gobierno descartó, y por la que aumentó la presencia de policías en el campamento, hasta 60 funcionarios, para evitar movilizaciones.