El miedo a un infarto impulsa a Agueda Galván a estirar fuerte sus piernas, como parte de un programa de ejercicio en el lugar de trabajo y dieta, que lanzó el gobierno de la capital para prevenir entre sus empleados la obesidad, convertida en México en una amenaza a la salud pública.
El sobrepeso y la obesidad amenazan con colapsar el sistema de salud público mexicano, pues según una estadística oficial tres de cada cuatro camas ocupadas en los hospitales corresponden a pacientes con padecimientos ligados a esos problemas.
“Un compañero joven sufrió hace poco un infarto, murió. Eso nos impresionó, muchos aquí se empezaron a preocupar por su peso”, dice Agueda Galván, de 37 años, mientras sigue instrucciones para realizar 10 minutos de estiramientos sentada en su silla de trabajo.
El programa “Muévete y métete en cintura”, que contempla una hora diaria de actividad física dentro del horario laboral, comenzó a implementarse hace una semana en el área de Finanzas del gobierno de Ciudad de México.
Estadísticas oficiales indican que entre los adultos mexicanos, 72% de las mujeres y 66% de los hombres padece sobrepeso, pero el problema es más agudo en la capital que supera el promedio nacional.
En la oficina de Finanzas, escogida para aplicar el programa antes de extenderlo a otras áreas, un diagnóstico entre los empleados encontró que “70% tienen sobrepeso y 20% obesidad”, dice a la AFP la nutricionista Karina Culebro.
La atención a enfermedades relacionadas con el sobrepeso, como diabetes, hipertensión, males cardiovasculares e incluso cáncer, costó a México en 2008 más de 42.000 millones de pesos (unos 3.240 millones de dólares), según cifras del gobierno federal.
“Tenemos una generación completa que va a vivir en promedio 20 años menos por las enfermedades crónico-degenerativas” ligadas al sobrepeso y obesidad, advirtió el secretario de Finanzas, Mario Delgado, al implementar el programa.
En un salón de esa dependencia, improvisado como gimnasio, la atlética instructora Karla Solórzano reta a gritos a sus pupilos: “¿Están cansados? ¿Quieren bajar de peso? ¿Sí? ¡Pues no se queden parados, sigan!”
A la clase matutina “asisten los trabajadores del área de seguridad, de los que se requiere de buen estado físico, mientras que a otras dos clases a lo largo del día se envía a trabajadores en los que se han detectado riesgos a su salud”, explica Alejandro Esquer, director de servicios generales.
“Me quiero sentir bien, me canso de tanto peso encima, me duelen mucho las rodillas. Ahora peso 98 kilos, me dicen que baje unos 10, pero yo quisiera poder llegar a unos 80″, comenta, sudoroso y jadeante, Vicente Guerrero, de 49 años de edad, quien admite que es la primera vez que se ejercita formalmente.
Tras la intensa sesión, mezcla de boxeo, ejercicio aeróbico y fortaleza muscular, los empleados van con la nutricionista para ser pesados y medidos.
“Además de ser sedentarios, no comen de forma equilibrada, en su dieta predominan los carbohidratos y las grasas. Pero hay mucho entusiasmo, hay algunos que vienen con nosotros desde hace mes y medio y ya tenemos resultados importantes, personas que han bajado de peso”, dice la nutricionista Culebro.