El número de cadáveres localizados en nueve fosas clandestinas en el estado mexicano de Nuevo León (norte) se elevó a 51 el sábado, en uno de los mayores hallazgos de este tipo en el país, informó la fiscalía estatal.

“Son 51 cuerpos los que se han descubierto hasta ahora”, dijo Adrián de la Garza, director de la Agencia Estatal de Investigaciones, en una entrevista con la televisora Milenio.

Las fosas fueron localizadas en un radio de unas tres hectáreas en el municipio de Juárez, en la zona conurbana de la capital estatal, Monterrey. Cuando los cuerpos empezaron a ser exhumados -el viernes- las autoridades creían que se trataba de los restos de 38 personas.

Este el segundo mayor hallazgo de cadáveres supuestamente depositados en fosas clandestinas por los cárteles de la droga mexicanos, después de que en junio se encontraran 55 cuerpos en el estado de Guerrero (sur).

Las autoridades dispusieron camiones con cajas congeladoras para conservar los cadáveres mientras los familiares de los muertos acudían a identificarlos en el anfiteatro de Monterrey, que el sábado se encontraba saturado.

Según De la Garza, la mayoría de los cadáveres conserva características que permiten su identificación a la vista, y dos de los 51 cuerpos son de mujeres. El funcionario agregó que los cadáveres podrían haber sido enterrados hace unos 15 días.

Las autoridades investigan a través de evidencias encontradas en el lugar y de tatuajes grabados en los cuerpos, a qué grupo pertenecían las víctimas. Varias de ellas se encontraban maniatadas y tenían señales de haber sufrido torturas.

El área metropolitana de Monterrey, corazón de los grandes emporios empresariales mexicanos, es escenario hace varios meses de una fuerte disputa entre el cártel del Golfo y sus antiguos aliados Los Zetas, una organización formada por ex militares que se unieron al crimen organizado.

Cerca de 25.000 personas han muerto en México en los últimos tres años por las disputas del crimen organizado.